VISION DE SAN PEDRO SULA A PRINCIPIOS DEL SIGLO PASADO

 Miguel N. Trejo

"Airplane view of San Pedro Sula, Honduras" (1924)

"…El Sol vertió su lumbre tras las azules sierras y montañas y allá, en el vago lirismo de Poniente, hubo algo así como resplandor de un incendio. Detuvéme ante la ciudad que se extendía caprichosamente sobre las vastas llanuras de la Costa. El crepúsculo gris diluía sus montesinas palideces. El campo reverdecido era una inmensa sabrosura donde los toros daban al aire su mugir sonoro. Lentamente, con el ánimo embargado por el secreto anhelo de conocer la floreciente metrópoli costeña, avance por el angosto camino de hierro, símbolo de progreso. Alla, en la polvorienta carretera, iban de paseo lujosos carruajes donde linajudas damas y mofletudos caballeros, lucían el orgullo de su fortuna. Y luego, casi raudamente tuve frente a mí la ciudad bellísima con sus mil focos de luz eléctrica, con el ruido de sus coches, con la sonoridad de sus músicas marciales y con el profuso concierto del trajinar de su gente. Alguien me dijo: “hemos llegado”. Y fue así como vi tras la iluminación eléctrica que se vertía sobre las calles y sobre los altos techos de las casas de madera, un ruido, mejor dicho, un vasto nido donde pareciome dormía en silencio una blanca garza de las riberas del “Pensativo”. El parque un pintoresco sitio de paseo, pobló luego de un policromo vuelo de mariposas, que no otra cosa me aprecio aquel singular conjunto de mujeres jóvenes, ebrias de alegrías y henchidas de placeres. En el alto kiosko la música derramo sus armonías y floreció otra vez la en mi alma sujeción del recuerdo, de aquel luminoso recuerdo que en alas de la fantasía me llevó hacia los ambos rinconcitos de la ciudad ausente. ¡oh bella tarde de verano en que mis ojos se anegaron de luz con la luminosa visión de la ciudad costeña, de la ciudad Yanquee en estilo, poblada de símbolos y de fantasías y de soñaciones! Tarde lejana en que conocí la floreciente ciudad de San Pedro… .” 


En El Comercio. San Pedro Sula, Marzo 22, 1913, Año 7, n. 67 pág. 2 (Colaboración de Miguel Rodríguez, historiador).


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