EDITORIAL: LOS QUE OFENDEN A MORAZÁN
Rodrigo Wong Arévalo
Nadie puede discutir la trayectoria
heroica de Francisco Morazán, la historia lo ha ubicado en un sitial
inobjetable, desde su aparición en la vida pública hasta el momento de su
infausto fallecimiento ocurrido en San José de Costa Rica, a manos de personas
de un país que no comprendió, como nunca ha comprendido, el propósito unionista
de Morazán. Lo acontecido en aquel fatídico 15 de septiembre de 1842 no se ha
extinguido, Costa Rica sigue rechazando los proyectos integracionistas
centroamericanos, torpedeando cualquier proyecto político, económico o social
en el istmo, por un fenómeno atribuido a un complejo de superioridad de los
costarricenses que siempre creyeron que ir de la mano de los otros países del
circuito centroamericano les acarreaba la desgracia del atraso.
Sin embargo, el mayor enemigo de Morazán
en los últimos tiempos son los mismos hondureños, sobre todo desde el momento
en que el país fue víctima de la polarización, en que todo se ve desde dos
prismas distintos. Así, respecto a Morazán, en Honduras tenemos dos bandos: los
que respetan a Morazán por todo lo que vale, y los que lo ofenden, al manipular
los ideales del héroe para ensuciarlos con la ideología marxista con la que
nada tuvo que ver Francisco Morazán. Estos últimos, los que ofenden a Morazán,
son tan torpes al atribuirle un pensamiento que jamás cruzo por la mente del héroe
centroamericano.
Francisco Morazán no fue un revolucionario vulgar, jamás actuó con el espíritu autoritario con el que actúa el PLR, nunca fue un oportunista que se aprovechó de la nobleza de un partido político para terminar poniéndose a la orden de un esquema ideológico internacional, como lo hacen los filibusteros. Morazán fue un precursor en el istmo centroamericano de las ideas liberales que ya revoloteaban por el mundo en su tiempo. Su ideal era el de las libertades sin límite, por eso fue fusilado por un grupúsculo costarricense que se oponía a la idea de unificar a las cinco parcelas centroamericanas.
Los que apelan a la bandera del
autoritarismo y del totalitarismo, que son las levantan los gobiernos
dictatoriales de Venezuela y Cuba, pretenden distorsionar los ideales de Morazán,
valiéndose de la ignorancia de los pueblos actuales que se rehúsan a leer la
verdadera historia y aceptan con una complacencia mojigata que el PLR pisotee
la figura de Morazán, al exponerlo como un revolucionario de pacotilla, como
son los que presumen una condición revolucionaria, que no es más que un
oportunismo demagógico y barato, que al asumir el poder lo usan para pisotear
las leyes y distorsionar la Constitución de la Republica.
La figura de Francisco Morazán no
cabe en las practicas del PLR, porque el héroe no era un oportunista, como
nunca fue un mafioso que se aprovechó de los dineros mal habidos, obtenidos de
sectores criminales para afianzarse en el poder. Morazán fue un guerrero
idealista, recibió apoyo de los pueblos centroamericanos donde había miles de
personas que creían en su propósito unionista, personas que no solo dejaban sus
quehaceres para unirse al ejército del héroe, sino que lo apoyaban con sus
pocos recursos para que Morazán pudiera sostenerse en aquella lucha
estructurada en un solo ideal: ver a Centroamérica unida, como una sola Patria.
No es de extrañar que en la actual situación
de Honduras, caracterizada por una polarización política, nazca un sentimiento
oportunista de aprovechamiento alrededor de la imagen de Francisco Morazán,
buscando convertirlo en el eje de una lucha que no es por Honduras, si no en
favor de una causa ideológica extraña que privilegia el fraude, la violencia,
el robo de la voluntad de los pueblos, la usurpación de las principales
instituciones del Estado, para hacer y deshacer las leyes con toda clase de
abusos, emitiendo decretos que garantizan impunidad y crean comisiones que solo
corresponden al pleno del Congreso. Morazán no pasó a la historia como
usurpador, ni como violador de las leyes, Morazán no hizo migas con los grupos
mafiosos para que le dieran la mitad de los caudales, ni se aprovechó de la
ignorancia de los pueblos para terminar burlándose de la gente.
Los que respetamos el ideario histórico
de Francisco Morazán repudiamos a los bandoleros que quieren instalar a Morazán
en su juego político sucio y abyecto, ubicándolo como un elemento que quiso
alcanzar los bordes del poder como un subversivo, una historia falsa que
debemos rechazar los ciudadanos que nos hemos formado en el marco del respeto a
la ley y a las instituciones del país. Los que pretenden vestir a Morazán con
el falso ropaje de revolucionario oportunista, capaz de pactar con los grupos
mafiosos para obtener la mitad de sus caudales, fracasaran, porque serán
rechazados por la inmensa mayoría de los hondureños que somos los que
respetamos a Francisco Morazán por sus altos ideales.
Es de lamentar en la fecha del natalicio del héroe hondureño, la adhesión de la actual cúpula militar de las FFAA a la causa política ideológica del PLR, que pretende perpetuarse en el poder contando con la capacidad coercitiva de las armas de los militares, para ganar a como sea las próximas elecciones. Por supuesto que el pueblo hondureño está determinado a no permitir que aquí, un partido que demostró estar complacido con el régimen oprobioso de Nicolas Maduro por robarse la voluntad popular de los venezolanos, nos robe la voluntad a la inmensa mayoría de los hondureños.
Así son las cosas y así se las hemos
contado hoy jueves 3 de octubre de 2024.
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