Contracorriente: LA GUERRA, LOS PRIMEROS MIL DIAS
Juan Ramón Martínez
La
invasión de Rusia sobre Ucrania, llega a mil días. Es el conflicto armado de
mayor duración ocurrido en Europa, después de la Segunda Guerra Mundial. E
igualmente el primero en que, el invasor, tiene como propósito, legalizar como
suyos los territorios invadidos del estado víctima, en este caso Ucrania.
Porque, aunque se diga lo contrario, Rusia teme a Europa y cree que su existencia,
solo se garantiza si aleja de sus fronteras actuales, las armas y hombres de
países adversarios, lo más lejos posibles. Ha logrado gobiernos satélites en
varios de los países fronterizos. Ucrania, fue hasta hace poco y Bielorrusia,
estado satélite suyo, dirigido por correligionarios. Pero en la medida en que
Ucrania volvió los ojos hacia Bruselas y mostro interés de formar parte de la
UE y la OTAN, Rusia la considero un peligro para sus intereses. E, incluso para
su existencia.
Los
rusos no han sido buenos combatientes. En la segunda guerra mundial, su mayor
valor, fue morir por millones y aprovechar las ventajas del clima y la
incompetencia de los mandos hitlerianos. En una anécdota de la II Guerra
Mundial, un soldado decía a otro: “me gustaría tener la comida caliente de los
estadunidenses, la flema de los ingleses, la ropa de los rusos; y, al frente
como enemigo a los italianos”.
En
Afganistán, igual que los estadounidenses, los rusos fracasaron
estrepitosamente. En Siria, siguen empantanados, incapaces de dirigir grupos de
ejércitos, por incompetencias de sus oficiales que no saben coordinar grandes
operaciones. Y en Ucrania, aunque ocupan un 20% del territorio del país
invadido, no han podido eliminar la resistencia de este país que ha contado con
el apoyo casi cerrado de todo occidente. En probable que, si Kiev no hubiese
contado con el apoyo de los países de la UE y de la OTAN a estas horas, Putin
habría concluido su “operación especial” y anexado como hizo con Crimea en
2014, a Ucrania. Pero no. Sus tropas están empantanadas, los avances son
mínimos y sus éxitos hasta ahora, son de artillería de larga distancia.
De
repente, frente a la incertidumbre del cambio de mando en Washington, Putin --que
no cree en la amistad de Trump y otras boberías que se han dicho--, quiere
apurar el paso, para forzar una negociación, en donde el escollo mayor, serán
los territorios ocupados. Putin quiere anexionárselos, lo que sería un
retroceso en la geopolítica mundial que abriría las puertas a las ocupaciones
de los más fuertes en contra de los débiles. Y a la destrucción de la
institucionalidad creada después de la Segunda Guerra Mundial.
Contrario
a lo que muchos creen, Estados Unidos no variara su política exterior, en lo
referido a la defensa de su liderazgo como primera potencia militar. Quien este
en la Casa Blanca, defenderá a Estados Unidos. Y, sin duda Trump no entregara Ucrania
a Rusia, porque ello va en contra de los intereses de sus aliados europeos, y
le regala a China, el respaldo de un par de aliados que, aunque menores, tienen
un enorme valor para dañar el frente occidental de Estados Unidos.
Las
balandronadas de Putin sobre su política nuclear e incluso el uso de equipo
experimental en la guerra con Ucrania, no son más que excusas para apurar el
paso, dividir el frente europeo; e iniciar forzadas negociaciones en donde
Ucrania tenga que ceder su territorio. Los ucranianos saben que no pueden
hacerlo. Cedieron Crimea y Rusia no se detuvo. De modo que ceder ahora, es un
suicido para la existencia de Ucrania.
El
uso de armas nucleares no es opción. Estados Unidos y la OTAN, tienen
superioridad sobre Rusia. Un ataque ruso sobre algún país europeo, producirá la
respuesta inmediata de la OTAN y Rusia, no tiene fuerzas para sostener un
segundo ataque y será vencida, aunque haga mucho daño a Polonia, Alemania y a
los países bálticos.
De
acuerdo con el análisis de fuerzas, en que Rusia no tiene hombres suficientes
para una lucha de infantería bajo un ataque de misiles lanzados desde Ucrania hacia
su territorio, la alternativa es la negociación. China no se las jugara por
Rusia, en este momento. El flanco del Pacifico compromete a China en una guerra
en que Estados Unidos y sus aliados, pueden destruir todo
lo logrado en los últimos cincuenta años. El camino es negociar, sin legalizar
territorios ocupados, aunque Ucrania se quede fuera de la OTAN.
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