Cosas del español (13): LA RAE: “LIMPIA, FIJA Y DA ESPLENDOR”

Durante el reinado de Felipe V, en el año 1713, se funda en Madrid la “Real Academia Española” a instancias del octavo marques de Villena, don Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, que se convertiría en el primer director de la institución. Aristócrata de notable cultura y poseedor de una valiosa biblioteca, el marques es el promotor de una tertulia de intelectuales y gentes ilustradas próximas a la Casa Real, hombres interesados por las ciencias, las artes y la literatura que rechazan el estilo alambicado del ultimo Barroco y expresan su creciente preocupación ante la artificiosa complejidad de la lengua escrita, al tiempo que constatan la perdida de prestigio del español en Europa.

En una de estas reuniones surgiría la idea de hacer un diccionario como los que existían en francés (elaborado por la Academie Francaise) e italiano (obra de la Accademia della Crusca). Solicitado el patrocinio de la Corona para su puesta en marcha – con ocho académicos fundadores--, es otorgada Real Cedula el 3 de octubre del año 1714. La Corona expresa así su interés en la homogeneización de la lengua, con el fin de ponerla, como el resto de los ámbitos – la economía, el ejército, la sociedad--, al servicio del Estado.

En 1715, la institución eligió su emblema: un crisol en el fuego con la leyenda: “Limpia, fija y da esplendor” Enseguida se decidió la preparación de un diccionario “abundante de voces”, que, elaborado entre los años 1726 y 1739, seria la primera de una serie de publicaciones con las que la Academia asumió la tarea de preservar la unidad de la lengua y, en definitiva, ponerse al servicio del idioma en cumplimento de sus primeros estatutos. El conocido como Diccionario de Autoridades, organizado en seis volúmenes, “en que explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad”, y cuyas entradas se ilustran con citas de autores consagrados. Su elaboración tuvo muy presente El Tesoro de la Lengua Castellana (1611) primer diccionario monolingüe en lengua romance, debido al lexicógrafo toledano Sebastián Covarrubias.

En 1741, aparece la primera ortografía académica, anticipada en el prólogo de “Diccionario de Autoridades”, ortografía española que “enseña a escribir recta y científicamente”, y cuya segunda edición, publicada con el nombre de       Ortografía de la Lengua Castellana -- que conservaría en versiones sucesivas --, data de 1754. Por su parte la Gramática de la Lengua Castellana, deudora en cuanto a su estructura de la de Antonio de Nebrija (1492) vera la luz en 1771, con el objeto de hacer “ver el maravilloso artificio de la lengua”. A partir de ese momento, ira actualizándose periódicamente. En 1780 se publica el “Diccionario de la Lengua Castellana”, que, ya sin citas de autoridades aparece en un volumen único para, según declara de forma explícita, “su más fácil uso”. Es el iniciador de la serie de diccionarios de la real Academia Española, cuya última edición en papel fue la vigesimotercera (2014)

Fuente: “Nunca hubiera dicho”, Taurus, Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, págs. 49, 50 


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