Cosas del español (18): MEXICO Y TEXAS: RELIQUIAS ORTOGRAFICAS
No
es infrecuente encontrar algunas anomalías ortográficas en apellidos y
topónimos. Es el caso de términos como México,
Texas o Ximénez, en los que llama la atención el uso de la letra equis con
valor de /j/. Pero esta aparente
falta de correspondencia entre grafía y pronunciación ([Méjico]), [Téksas] y
[Jiménez], y no, como sería esperable, [Méksito], [Téjas] y [Siménez]) tiene su
razón de ser: se debe a que la equis se emplea con el valor que tuvo durante
algún tiempo en el español antiguo y que conservó, de hecho, hasta principios
del siglo XIX.
La
historia es algo tortuosa. En el español medieval, la x representa un sonido semejante al de la sh inglesa (ship, cash) o
la ch francesa (chef, clochard), de modo que por entonces se escribía dixo y exemplo, que se pronunciaban, respectivamente, [dísho] y
[eshémplo]. Al mismo tiempo, se empleaban las letras j y g (esta solo ante e, i) con un sonido parecido al de la j
del francés actual (journal, jeu),
misma pronunciación que tenían, por ejemplo, en fijo (hoy hijo) o muger (hoy mujer).
Entre
los siglos XVI y XVII, ambos sonidos (uno sordo y otro sonoro) convergieron, y
el resultante evoluciono hasta transformarse en la /j/ que hoy conocemos. Para representarlo de manera gráfica, se
mantuvieron en el inicio las tres grafías originales: la x, la j y la g. En 1815, con el fin de simplificar
este pequeño desbarajuste, la Real Academia Española decidió eliminar la equis,
reservándola para transcribir el sonido con el que se empleaba ya en latín
(/k+s/).
De
modo que la presencia de esa extraña equis en voces como las mencionadas, o en Oaxaca, Xalapa, Axarquía, Mexía o Ximena,
está justificada históricamente. Aun así, en la mayoría de los casos coexisten
las variantes que se corresponden con el actual sistema del español (Méjico, Tejas, Jiménez). En España, fue
mayoritaria hasta no hace mucho la grafía Méjico, que poco a poco se ha ido
abandonando en favor de la variante con x, que es la preferida en el país
americano.
Por
otra parte, también se puede encontrar esta reliquia ortográfica en voces
procedentes de las lenguas amerindias de México y América Central, como xiote (´cierta enfermedad de la piel´),
que se pronuncia [jióte]. Pero aquí la cosa se complica, porque cuando los
españoles llegaron a América, la pronunciación de esa /sh/ de la que antes
hemos hablado, también presente en lenguas como el náhuatl y el maya, existía
aun en castellano, de modo que emplearon también la equis para transcribirla.
Esta letra aun se conserva con dicho valor en términos como mixiote (´cierto plato mexicano´) o xocoyote (en México, ´hijo menor´),
pronunciados [mishióte] y [shokoyóte].
Fuente: Nunca lo hubiera dicho, Taurus, Real Academia de la
Lengua, Asociación de Academias de la Lengua española, Barcelona 2022, págs. 69
Y 70.
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