GOTAS DEL SABER (124)
Juan Ramón Martínez
I
El 4 de diciembre de 1903, el gobierno
del presidente Manuel Bonilla, clausuro El Diario de Honduras. El 2 de
noviembre anterior, le había retirado al diario opositor la franquicia postal y
telegráfica. La medida, fue considerada muy desafortunada por el ex presidente
Policarpo Bonilla quien algunos días antes, había dicho que el general Bonilla
“ esta por consumar el primer atentado contra las instituciones, al matar la
libertad de prensa; y ese paso incorrecto traerá por consecuencia muchos otros:
será el principio de un gobierno de fuerza como lo fueron los de Soto, Bográn,
Leiva y Vásquez, entre los más recientes” (
Víctor Cáceres Lara, Astillas de Historia, pág. 127) En el gobierno del
general Boinilla, la supresión de El Diario de Honduras produjo una crisis del
gabinete por la renuncia del ministro Justicia e Instrucción Pública Miguel R. Dávila,
que además era vice presidente de la Republica y el titular de Gobernación
Dionicio Gutiérrez, los dos “ lideres sobresalientes del Partido Liberal”.
Bonilla, no cedió, acepto la renuncia de los que hasta entonces eran sus
aliados y nombro a Alberto Membreño para sustituir Dávila y a Salomón Ordoñez
para dirigir al Ministerio de Gobernación. El 18 de abril de 1904, reapareció El
Diario de Honduras bajo la dirección de Alberto Zúñiga, “quien había sido su
fundador, y huelga decir que en esta ocasión fue fiel servidor de la política gubernamental”.
Para entonces, hay que recordar que Manuel Bonilla había dado un golpe en
contra del estado, al encarcelar a la oposición legislativa y romper el quórum
del Congreso Nacional. Y en el horizonte, también, estaba ya fija, posiblemente,
la caída de Manuel Bonilla a manos de sus ex amigos liberales, que, en marzo de
1907, le hicieron salir huyendo desde Choluteca a El Salvador.
II
En la visita que el presidente electo
de Estados Unidos Herbert Huber realizo a Amapala, el Comandante de Armas del
departamento de Valle, era el general e ingeniero Abrahán Williams Calderón que
participo en el recibimiento y atenciones a la comitiva del líder
estadounidense y su comitiva. Williams había participado en forma destacada en
la guerra de 1924 y había estudiado ingeniería en los Estados Unidos, de forma
que, pudo intercambiar impresiones con los visitantes en el idioma inglés,
porque ni el capitán del buque USS Maryland ni los acompañantes, hablaban
español. En la foto que adjuntamos, se ve a Abraham Williams Calderón, de
uniforme de gala, a la par del comandante del buque estadounidenses en el que
se conducía el presidente electo de los Estados Unidos.
III
En octubre de 1954, se efectuaron
elecciones generales. Concurrieron tres candidatos: Ramón Villeda Morales del
Partido Liberal, Tiburcio Carias Andino del Partido Nacional y Abraham Williams
Caldero de Movimiento Nacional Reformista. Como ninguno de los candidatos había
obtenido la mayoría absoluta que reclamaba la Constitución de 1936, la elección
le correspondía hacerlo el Congreso Nacional. “El 1 de diciembre, solamente se
presentaron a la sede del Congreso los 23 diputados liberales. Los 22 del
Partido Nacional y los 11 del MNR se abstuvieron de concurrir, lo cual era una
estrategia previamente acordada. Debe recordarse que inicialmente los liberales
contaban con 26 diputados; pero debido al fraude perpetrado en el departamento
de El Paraíso, su representación parlamentaria quedó reducida a 23 diputados;
uno mas que el nacionalismo y doce mas que el reformismo que, en suma, tenían
33 escaños. Los diputados liberales aguardaron durante varias horas a sus
colegas opositores. Al comprenderse que era un hecho consumado que no
asistirían, procedieron a elegir como presidente provisional de la Cámara a
Santiago Meza Cálix; sabían, sin embargo, que no eran suficientes como para
alcanzar las dos terceras partes requeridas. Las señales se tornaban ominosas
tanto para los liberales como para el mantenimiento del orden constitucional.
La incertidumbre era el sentimiento generalizado entre la población, que no
entendía como se resolvería una situación que había desembocado en un punto
muerto” (Mario Argueta, Ramón Villeda
Morales, Luces y sombras de una primavera política, Colección Erandique, pág.
45) Después de la segunda sesión preparatoria el 3 de diciembre en que solo
llegaron los diputados liberales, era evidente que la crisis era inevitable. En
la cuarta sesión preparatoria el 5 de diciembre de 1954 aunque los diputados
liberales habían aumentado a 26 parlamentarios, no hacían quórum, por lo que a
las 12 de la noche se interrumpió el orden constitucional y Julio Lozano Díaz,
Presidente Constitucional, se declaró Jefe del Estado. Honduras, otra vez,
seguía las veredas irregulares de la ilegalidad.
IV
En la campaña electoral de 1954, uno de
los temas más importantes era verificar si los liberales eran comunistas, si
desde el gobierno tendrían una conducía en contra de la empresa privada,
especialmente porque pocos meses antes se había producido la huelga laboral en
que los trabajadores de las trasnacionales bananeras se enfrentaron a los
empresarios estadounidenses. La embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa,
era la mas interesada en el asunto. Además de Villeda Morales, se sospechaba
mucho de Oscar Flores, director de “El Pueblo”, órgano del Partido Liberal. Los
oficiales de la embajada, evaluaron a Flores en los términos siguientes: “Ha
exhibido… sus sentimientos anti—compañía frutera y pro-Guatemala; algunos
sospechan que es un comunista. No obstante, la Embajada no esta preparada para
afirmar que es un comunista… Flores puede ser mejor descrito como un escritor
muy hábil que, como director de “El Pueblo”, el vocero del Partido Liberal, ve
la posibilidad de avanzar en sus intereses personales alineándose con grupos
anti-Estados Unidos y pro-comunistas. Su asociación con el Dr. Ramón Villeda
Morales, es un ejemplo… muchos de los escritos de Flores en “El Pueblo”, así
como aquellos que pueden proceder de la mano de su compañero Villeda, huelen a
tendencias comunistas, aunque debe admitirse… que pocos de este tipo han
aparecido recientemente. Agregado a esto, (persiste) la sospecha de que “El
Pueblo” es un conducto para los comunistas guatemaltecos y que, posiblemente,
el periódico este siendo subsidiado por tales intereses… En este momento, la
Embajada no considera a Flores una persona cuya presencia en los Estados Unidos
seria antagónica a los mejores interese del país, pero cree que pronto podría
serlo; por esta razón, sus artículos serán observados de cerca” ( Samuel O.
Lane, segundo secretario de la Embajada de USA en Tegucigalpa, citado por Mario Argueta, Ramón Villeda Morales, luces
y sombras de una primavera política, Erandique pág. 14.
V
“Los señores Waterbury y Hance, solicitaron al Gobierno una concesión para fundar un Banco en la Republica. Con tal motivo, se emitió el Decreto de 2 de enero de 1882, que os presentara la Secretaria respectiva. En virtud de esa ley, cuyos términos fueron aceptados, en todas sus partes por los concesionarios, estos están obligados a establecer un Banco en esta Capital, con oficinas sucursales en Amapala y Trujillo, así como también en un punto inmediato a Puerto Cortes. Durará 18 años el privilegio que se concede, si el banco negocia con un capital de $1.000.000.00 y 12 años si el capital se reduce a $500.000.00, cantidad que se fija como mínimum en todo caso. Entre sus diversas operaciones, ese establecimiento hará las que corresponden a la clase de Banco Agrícola Hipotecario. El deberá hacer préstamos a los agricultores bajo buenas garantías hipotecarias, concediéndoles largos plazos para su reintegro y al interés, a lo más, del 10 por ciento anual. En las demás operaciones que efectué el Banco, el máximum de interés que cobre será el de 12 por ciento al año. La Compañía tiene su autorización para emitir billetes de banco. El valor de la emisión será igual al valor del capital en acciones que haya sido pagado. En garantía de los billetes emitido, la Compañía tendrá, como fondo permanente para la redención de los mismos, una cantidad en acciones o bonos de Gobierno, o de Sociedades competentemente organizadas, o en bonos asegurados por hipotecas sobre bienes raíces, cuyo valor sea igual al de la suma de billetes en circulación. Los billetes que se emitan expresaran la obligación de que será satisfecho su valor al presentarlos. El Banco pagara, cada semestre, al Gobierno un impuesto de medio por ciento sobre la suma, término medio de sus billetes en circulación, y un cuatro por ciento, término medio, sobre la suma de sus depósitos. Todas las medidas de seguridad están prevenidas en decreto. El Gobierno tiene una inspección inmediata sobre las operaciones, cuentas, etc., etc., del establecimiento de crédito que va a fundarse. (Rómulo E. Durón, Biografía del Doctor Marco Aurelio Soto, págs. 188 y 189).
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