Cosas del español (25): UN FENÓMENO RECURRENTE
La relajación de la /d/ intervocálica, que en los casos mas extremos da lugar a su desaparición, es uno de los fenómenos fonéticos mas llamativos del español actual. Afecta a múltiples áreas hispanohablantes y resulta especialmente frecuente en la pronunciación coloquial y popular de los participios de la primera conjugación o de sustantivos con esa misma terminación -ado (por ejemplo, en cansado, que se pronuncia [kansáo], en asado [asáo] o en soldado [soldáo]. Aunque nos centramos aquí en la posición entre vocales, este mismo fenómeno se produce cuando la letra d aparece al final de palabra (Madrid [madrí], usted [usté], donde la pronunciación en general es extremadamente débil.
El debilitamiento y perdida de esta consonante ha sido recurrente en la historia del castellano. Primero, en el paso del latín a la lengua romance: audire > oir, cadere > caer, pedem > pie (sí se mantuvo esa /d/ intervocálica en los casos en que procedía de la evolución de la /t/ latina: totus > todo, vita > vida). Después, entre los siglos XIV y XVI, en la segunda persona del plural de los verbos, donde afecto a las desinencias -ades, -edes e -ides: cantades > cantáis, tenedes > teneís, partides > partís.
El fenómeno no es nada nuevo y, en el caso que nos ocupa, existe documentación desde el siglo XVII y esta muy extendido en América y en España. En la península ibérica es especialmente frecuente, aunque no de forma exclusiva, en las áreas meridionales. Ciertas palabras del ámbito del flamenco se recogen en el diccionario sin /d/ intervocálica por influjo del habla de los gitanos andaluces. Son voces ya generalizadas en la lengua común, como bailaor, cantaor o tablao.
En la pronunciación culta, y en particular cuando se habla en público, se suele evitar la perdida de la /d/, pero en países como España no es rara la relajación en los participios incluso en estos contextos. Pero la ultra corrección también tiene sus peligros, ya que puede dar lugar a términos como bacalado o Bilbado, que todavía se pueden oír en algún lapsus. No es ultra corrección, aunque pudiera parecerlo, la expresión así o asado (´de un modo u otro, sin importar la forma´), si bien, dado su valor expresivo, tiene mayor difusión la variante oral así o asao.
(Fuente: Nunca lo hubiera dicho, Taurus, Madrid, Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, págs. 75 y 76).
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