DEVORADORES DE HISTORIAS
Eduard Goñalons*
La pasión por la lectura es una
experiencia compartida por todas las culturas y, a lo largo del tiempo, ha
inspirado una rica variedad de términos para describir a los amantes de los
libros. De entre estas expresiones, destaca el uso de metáforas animales, en
particular el gusano, que aparece en diversas lenguas como un símbolo del
lector voraz. ¿Por qué este insecto se ha convertido en la imagen predilecta
para capturar la esencia de los lectores apasionados?
El "gusano de libros" se ha
consolidado como una metáfora ampliamente reconocida para describir a quienes
devoran historias con entusiasmo. En inglés, el término bookworm
representa perfectamente esta idea, con la imagen de un pequeño ser que se abre
paso incansablemente entre las páginas. En finlandés, Kirjatoukka, con
el mismo significado, refuerza
esta misma idea, presentando al lector como el que consume palabras sin
descanso. El ruso también adopta esta imagen a través del término Knizhnyy
cherv, al igual que el chino mandarín, Shūchóng,, el japonés Hon
no mushi, el persa Kerm-e ketab, o el árabe Dūdah al-Kutub, subrayando
la diligencia y dedicación de los lectores apasionados. Estas expresiones
destacan la devoción universal hacia los libros como fuente de conocimiento,
tradición cultural y herramienta educativa, alineándose con el uso común de
esta metáfora en otras lenguas.
El uso del gusano como símbolo para
describir a los lectores apasionados tiene raíces en su asociación con el
consumo lento y constante. En muchas culturas, los gusanos, particularmente
aquellos que habitan en madera o papel, se relacionan con la imagen de penetrar
y habitar profundamente un material. Esta característica refleja de manera
simbólica el comportamiento de los lectores ávidos, quienes absorben cada
palabra con meticulosidad y dedicación. Además, el gusano suele representarse
como una criatura pequeña pero incansable, un paralelismo adecuado para
describir a quienes, aunque en apariencia humildes, logran explorar vastos
mundos a través de la lectura. Este simbolismo ha trascendido fronteras
culturales, consolidándose como una metáfora universal que destaca la conexión
íntima y transformadora entre el lector y sus libros.
Este simbolismo del animal también
encuentra reflejo en otros idiomas, como el español y el italiano, donde
"rata de biblioteca" y "ratón de biblioteca" (topo di
biblioteca), respectivamente, evocan a criaturas que, silenciosas y
discretas, se sumergen en el mundo literario, reforzando la idea de un ser
constante y dedicado al aprendizaje y la exploración. También otras culturas
recurren a animales para representar a los lectores. En danés, por ejemplo, se
les denomina Læsehest ("caballo lector”), destacando la resistencia
y fuerza necesarias para sumergirse en historias largas y complejas, mientras
que, en holandés, Leesuil ("búho lector") asocia la lectura
con la sabiduría y las horas nocturnas.
Otras metáforas
Aunque el "gusano de
libros" domina como símbolo, algunas culturas prefieren explorar otras
imágenes más alegóricas y poéticas. En francés, aunque lo más común es la que
nos ilustra el roedor del español (rat de bibliothèque), también existe buveur
d'encre ("bebedor de tinta"), una metáfora que evoca la
intensidad de los lectores al absorber historias como si fueran un líquido
vital.
En croata, Knjiški moljac
("polilla de libros") introduce un matiz mágico al asociar a los
lectores con criaturas que habitan entre las páginas. Del mismo modo, en
alemán, Bücherfresser ("devorador de libros") enfatiza la
voracidad con la que se consumen las historias, mientras que en portugués, Leitor
eterno celebra la lectura como un hábito permanente y transformador.
Todas estas expresiones, aunque
distintas, comparten un hilo conductor: la transformación emocional e
intelectual que acompaña al acto de leer. Con el tiempo, estas metáforas se han
adaptado al lenguaje moderno mientras mantienen su esencia simbólica. Ya sea a través
de referencias históricas o en el contexto contemporáneo, sin embargo, el
gusano permanece como una figura central en la narrativa cultural sobre la
lectura. El predominio del pequeño invertebrado como metáfora universal para
los lectores apasionados destaca cómo las culturas encuentran puntos en común
al describir la experiencia de leer. Aunque hay variaciones en las imágenes y
significados, todas comparten un profundo respeto por la lectura como un acto
transformador y enriquecedor. Se identifique uno con un gusano, un caballo o
una lechuza, la pasión por los libros es algo compartido que conecta a las
personas más allá de las fronteras culturales y lingüísticas.
*Eduard Goñalons. Catalán residente
en Barcelona (España), Doctor de Farmacia, escritor aficionado y ávido lector.
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