EL HONDUREÑO QUE SECUESTRO UN AVIÓN ESTADOUNIDENSE
Juan Ramón Martínez
1972 fue un año muy interesante en la historia de Honduras. Hacia apenas
tres años que había concluido formalmente la guerra contra El Salvador y
todavía en la frontera había señales que en cualquier momento podían producirse
actos violentos. El comercio entre Honduras y El Salvador estaba interrumpido,
causando daño a los dos países y especialmente a las poblaciones fronterizas.
Gobernaba el país Ramón Ernesto Cruz del Partido Nacional y en el Ejecutivo y
en Congreso, compartían responsabilidades, los dos partidos históricos. El
“hombre fuerte” seguía siendo Osvaldo López Arellano quien desde la Jefatura de
las Fuerzas Armadas realmente era quien tenia la ultima palabra en la dirección
de los asuntos nacionales e internacionales. Faltaban siete meses para que
Ramón E. Cruz, perdiera el poder a manos de un golpe de estado dirigido por
López Arellano. Posiblemente el presidente Cruz Uclés no lo sabia.
El 5 de mayo del citado año de 1972, se interrumpió la
tranquilidad de Tegucigalpa, que todavía no sufría la invasión de
las maras y pandillas; ni el comercio informal había convertido el centro de la
ciudad y la ciudad gemela Comayaguela en dos grandes mercados callejeros, con
la noticia que en Estados Unidos habían secuestrado un avión de pasajeros, un
boing 727 de la linea Eastern Airlines. Y que el pirata aéreo era un
hondureño.
El avión volaba desde Allentonw, Pensilvania a Miami, Florida. Viajaban,
ademas de la tripulación 48 pasajeros. Era capitaneado por W. L. Hendershot.
Este modelo de avión “era el favorito de los que luego se lanzaban en
paracaídas esos años, ya que tienen, en la parte de atrás una puerta con
escalerillas para saltar” (A. García-- Marder, Proceso Digital, 29 de julio de
2017)
El día siguiente, se conocieron mas detalles: que el secuestrador se
llamaba Frederick Williams Hahneman, de cincuenta años de edad hijo de padre
estadounidense y de la hondureña Delia Ordoñez, Había
nacido en Trujillo en 1932; pero estudiado la secundaria en Tegucigalpa.
Posteriormente los periódicos publicaron que había viajado a Estados Unidos y
que se había enrolado en el ejercito estadounidense combatiendo en Vietnam
contra el Viet--con, donde había servido en un bombardero como
ametralladorista.
En las cadenas de radio se reporto que el secuestrador había
establecido que liberaría a todos los pasajeros a cambio que el avión se
reabasteciera de combustible, una bolsa conteniendo 303.000 dólares americanos,
tres paracaídas; y que volara hacia Centroamérica con especifica
obligación según sus indicaciones precisas, sobre Honduras, sobrevolando su
territorio de la costa caribe. Reabastecido de combustible el avión,
despego desde Washington a medianoche se dirigió hacia el espacio aéreo
hondureño y desde la puerta de atrás, el secuestrador se lanzo en paracaídas.
Cayo en un bosque solitario en las cercanías de la aldea Siempreviva, municipio
de Arizona, en el departamento de Atlántida.
Hahneman, durmió varias horas hasta esperar que amaneciera. Después de
moverse en el bosque, salio a la carretera pavimentada caminando con su mochila
al hombro en donde llevaba los 303 mil dólares y se encamino buscando un
barbero que le quitara la barba crecida para permitirle cambiar el aspecto. Era
un hombre alto, de mas de 1.75 m. de estatura, fornido y calzado de barba.
Según refirió el barbero días después, le impresiono el aspecto extranjero del
inesperado cliente, que hablaba un español hondureño perfecto; y,
mucho mas, que le pagara con un billete de cien dólares. Con mejor
apariencia, desde Siempreviva tomo un bus de transporte público y se
traslado a San Pedro Sula donde residía su madre Delia Ordóñez, en el Bario Paz
Barahona. Aquí estuvo varios días,--seis aproximadamente-- y tomo un bus para
Tegucigalpa; pero se bajo en Taulabé en horas de la tarde. En las primeras
horas de la noche del 11 de mayo, se introdujo en las Cuevas de Taulabe.
Mientras tanto, el aparato de seguridad de los Estados Unidos, había
contactado con las autoridades hondureños. La FUSEP y especialmente
el Departamento de Investigación Nacional (DIN), desplegaron su red de
contactos y empezaron una búsqueda frenética. Tanto porque para
Honduras era importante mostrar eficiencia en sus órganos de seguridad
policial, como porque – ello circulo en los pasillos y en las conversaciones
cotidianas – algunos miembros del DIN (Departamento de Investigación Nacional),
tenían “interés en capturarlo, matarlo; y quedarse con el dinero”.
Antes de internarse en las Cuevas de Taulabé, Hahneman hizo contacto con
un antiguo compañero de estudios y primo suyo, el ing. Roberto Martínez
Ordóñez, ministro de Comunicaciones y Obras Públicas durante el gobierno de
Villeda Morales y con varios amigos suyos no identificados en San Pedro Sula.
Hahneman abandono las Cuevas de Taulabé el 2 de julio; y se traslado
a Tegucigalpa. Aquí, después de conversar con Martínez Ordóñez, acepto
entregarse a la embajada de los Estados Unidos. El traslado hacia la embajada
de los Estados Unidos en la avenida La Paz se hizo en un vehículo particular de
Martínez Ordóñez, sin que el hecho llamara la atención de nadie, en vista que
el político era una figura muy respetable de la sociedad hondureña y conocido
por su honradez y caballerosidad. Cuando Hahneman llego hasta donde Martínez
Ordóñez, --para que lo presentara a la embajada de Estados Unidos en
Tegucigalpa-- no llevaba los tres cientos mil dólares. El los había escondido
en algún lugar que nunca se rebelo.
Posteriormente se especulo que los había escondido en las Cuevas de
Taulabé; o que la madre – fallecida poco tiempo después --, siguiendo sus
instrucciones, los había entregado, depositado; o escondido en un ignorado
lugar. Es posiblemente el mayor misterio moderno de Honduras.
El mismo día, cerca de las once de la mañana, el tres de julio a las 9
de la mañana el embajador de los Estados Unidos en Tegucigalpa se encamino
hacia la Casa Presidencial, donde fue recibido por el Secretario Privado del
Presidente Cruz Uclés, Raúl Barnica López. El Secretario Privado Barnica López,
le permitió al embajador aproximarse al despacho del Presidente Ramón E. Cruz,
por el pasillo que unía las dos oficinas y en donde están los servicios
sanitarias de la casa ejecutiva nacional. El presidente Cruz en ese momento
atendía la visita de dos dirigentes del movimiento cooperativo que
andaba convenciéndole sobre la necesidad de actualizar la Ley de Cooperativas
que se había emitido en 1955, cuando no habían cooperativas; y que por el
crecimiento del cooperativismo, se había vuelto insuficiente; y de
consiguiente era necesaria su modernización. Los visitantes eran el ingeniero
Jose Azcona del Hoyo, gerente de la Federación de Cooperativas de Vivienda
FEHCOVIL y Juan Ramón Martínez, Presidente FACACH. El presidente Cruz, se
entusiasmo con el tema y le dijo a los visitantes que el había escrito y
trabajado para que en la Constitución de 1936 se mantuvieran los mismos
artículos que en la de 1924, en que se hablaba de las cooperativas y la
obligación del Estado en su fomento como una forma de ayudar a que los pobres
subvinieran sus necesidades. En el momento en que explicaba el éxito del
cooperativismo agrícola en Holanda, atrajo su atención que desde el pasillo,
casi a las puertas de su oficina, el embajador Hewson A. Ryn que por medio de
señas le mostraba su urgencia para verlo. Inmediatamente el presidente Cruz, se
puso de pie diciendo: “señores la entrevista ha terminado”. Y dejo su
escritorio ante el cual seguían sentados los invitados un poco sorprendidos,
encaminándose al encuentro en el pasillo con el embajador de los Estados
Unidos. El embajador Ryn le informo de la captura de Hahneman y los problemas
que tendría el país, que se le encausara en Honduras. Y después, no se le
pudiera extraditar. El presidente Cruz asintió. Los invitados Azcona y
Martínez, desconcertados inicialmente por la interrupción de la entrevista se
retiraron. Azcona, pronuncio una palabra gruesa y salieron por la rotonda de
Casa Presidencial.(*)
Ese mismo día, Hahneman a bordo de un avión del gobierno de los Estados
Unidos, fue llevado a ese país, donde fue acusado de piratería aérea, sometido
a juicio y condenado a cadena perpetua. Doce años después en 1984, fue puesto
en libertad.
Murió el 17 de diciembre de 1971 en Costa Mesa, California en 1991 a la
edad de 69 años. Allí, en el cementerio local esta enterrado su cuerpo; y en el
féretro el secreto del lugar en donde escondió los 303,000 dólares del rescate
que le pago la compañía aérea por el secuestro un avión en 1972. Residía “en
Eaton, Pensilvania, donde trabajaba como ingeniero y vivía con su esposa, Mary
Jane Hahneman. Esta todavía se pregunta las razones que llevaron a su esposo a
cometer este acto de piratería”(A. García—Marder, Proceso Digital, 28 de julio
de 2017).
Barcelona, España, enero 14 de 2025
(*) Algunos años después, en 1988 el presidente de Honduras era Jose Azcona del Hoyo. Ocupaba la misma oficina, el mismo escritorio y seguía colocado en la misma posición que en 1972. El visitante era Juan Ramón Martínez que en un momento le pregunto al presidente Azcona que si por el pasillo situado a su izquierda apareciera el embajador de los Estados Unidos, haría lo mismo que Ramón E. Cruz. Jamas, “yo soy el único que le dice que no a los gringos”.
Bibliografía:
-Proceso Digital, Tegucigalpa Honduras
-Alberto García-- Marder
-Diario La Prensa
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