¿Y QUE SE HICIERON TODAS LAS COSAS QUE VIMOS?
Tito Ortiz
En la lontananza de mi memoria me pregunto: ¿Qué se hicieron los peregrinos?
¿Los gremios recorriendo por las noches las calles de los barrios, cargando en
andas los santos con su banda de pueblo? ¿y el Toro Fuego? ¿Qué se hicieron las
baronesas Pavón y Molina, y las de Hedman y Alas viajando para San Pedro Sula y
recogiendo pasajeros a las 4 de la mañana pitando como locos y nadie jamás se
quejó? ¿Para dónde se fue la neblina que cubría El Picacho por las mañanas y
que iba desapareciendo paulatinamente hasta quedar todo descubierto a las nueve
de la mañana?
¿Qué se hicieron las carretas de madera llenas de arena del río, dejando como rastro al caminar un hilo de agua que salía por la parte de atrás, jaladas por un par de bueyes dirigidos por un tayacán con un palo largo? ¿Y las minutas con sus jarabes multicolores? ¿Y los conos con su pequeña carreta con solo una llanta enfrente? ¿Y los burros dejando la leche a domicilio con los tambos a los lados del lomo?
Había un mecapalero que le decían Gallo. Una vez lo vi subir la cuesta de Buenos Aires, con un piano a tuto, amarrado con una correa que se ponía en la frente, para dónde se fue? Y Maruca que vendía bloomers y los anunciaba como mantelitos para tapar el pan. ¿Qué se hizo?
¿Y el gran ronroneo que salía de las bandas de los cachos de los barriletes en
octubre y noviembre? ¿Y el sonido ensordecedor y continuo de las chicharras
pegadas en los troncos de los árboles en los solares baldíos?
¿Y mis zapatos cuando yo estaba en vacaciones y ya no me quedaban que mi mamá les cortaba la punta y me quedaban como sandalias mientras me compraba un par nuevos y no me daba pena porque “todo el mundo” lo hacía?
¿Qué pasó con el pito de la Cervecería y el de la ENEE anunciando las horas de entrada y salida al trabajo? También sonaba cuando había un incendio y el 31 de diciembre a las 12 de la noche.
¿Qué se hizo María Chilío? ¿Qué se hizo aquel alemán alto que siempre usaba un
saco raído y fumaba y fumaba y los dedos los tenía teñidos de nicotina allá por
la vieja Rivera y Compañía? A dónde está Pancachito, Patachon y Roma vestida de
negro bien adornada. ¿Qué se hizo el pan con mantequilla de a 20 cts. Y la
cocacolita de a 10 cts.? ¿Qué se hicieron los trompos hechizos, hechos de
guayabo y tapizados de tachuelas a manera de armadura. Y los zompopos de mayo,
las invasiones de las langostas o esperanzas. Y las nubes de palomillas volando
alrededor de los focos?
¿Y las vistas de álbumes del reino animal, que la vista #1 era la ameba y la vista#400 era el gorila y que comprábamos en las pulperías, para luego jugar vistas con la palma de la mano humedecida con saliva?
¿Y los almacenes La Fama y La Atómica? Y Quinchón León? ¿Y el reloj Camay? ¿A
dónde está la Central Importadora, donde comprábamos los aviones plásticos de
armar y los soldaditos, vaqueros, indios y los caballeros de la época medieval?
¿Y la frutería El Rábano? ¿Y el primer ascensor que conocí que estaba en el
hospital La Policlínica? Grande y amarillo con su olor a hospital. ¿Y la
capilla en el patio central con sus figuras con un mecanismo que las movía y la
estatua del Dr. Salvador Paredes? ¿Y las monjas alemanas con sus caras serias?
¿Y el Dr. Carlos Delgado que me operó de la apéndice en 1953 y cuando me
encontraba en la calle me hacía subirme la camisa para enseñarle a los demás
qué pequeña era la cicatriz?
¿Y el
enchute con su carrete con alambre de estaño enrollado? ¿Y los ronrones que
hacíamos con chapas aplastadas y le sacábamos filo para cortar el hilo del
contrincante? ¿Y los tractores que hacíamos con un carretón de madera de hilo,
una candela, un hule y un fósforo? Y las potentes hondas hechas por nosotros
para cazar tijuiles? ¿Qué se hicieron los “maules”, saltemos con el lazo,
juguemos rayuela, plasticina, jakses, no te enojes, esconde, esconde el anillo,
apreta canuto, escondite, policías y ladrones, materinerinerero, trapeador,
doña Ana no está aquí, somos los estudiantes…, ¿mató chancho tu papa? ¿Y le
tuviste miedo?, Juguemos pis pisigaña, ese hulazo con la concha de la naranja
me dolió, el dolor se me va a quitar con un guacal de atol de elote o de
chilate comprado donde Tencha en el mercado de Los Dolores.
¿Y las avionetas que salían en las cajitas de cornflakes del gallo, y las máscaras que uno recortaba de las cajas grandes de cartón?
¿Qué se hicieron las colmenas, adónde están los pirulines, y las sorpresas, la carne suiza, y las moritas? ¿Para dónde se fueron las ciruelas cocidas envueltas en hojas de plátano? ¿Y los sarciles con sal y chile? ¿Y los canutos de caña pelada?¿Y Las conservas de leche, los caramelos de nance, los coyoles en miel y la leche de burra? ¿El algodón de azúcar que vendían en un zaguán de una cuartería al lado de la casa de los Reina en Los Dolores? Y los juguitos Soto? ¿Adónde están?
¿Adónde están los chicles mágicos Bazooka y los Adams? ¿Para dónde se fueron las campiranas y las novias? Quiero una taza de café Maya con pan de yema mojado en ella. Voy a querer una semita, un bollito,, dos hojitas y dos chanchitos con un marquesote. Qué pasó con el delicioso pan de yema de las Salgado por el hotel Savoy, en el barrio La Ronda, o el de Cristina Morazán en la subida a La Leona? ¿Qué se hicieron las patonas? Adónde están las melcochas, los torpedos de La Delta, los hot dogs del Pingüino con sus azafates colocados en las ventanillas de los carros, y “El Pailot” con sus orejitas paradas, siempre tan atento? ¿Para dónde se fueron las bananas Split de setenta y cinco centavos del salón verde? Quiero ir a comer al Patio.
Y conerme una yuca con chicharrón y un borracho de la repostería El Hogar, el
peach melba del café de París y los cafés del Jardín de Italia. ¿Y los curiles
y los jugos de piña con uvas verdes deliciosos de La Magnolia? ¿Y los sánguches
del Salón Viena, los sánguches de basura riquísimos de la esquina del
Variedades? ¿Las vitaminaaaaas, que eran tajaditas de plátano con chile
envueltas en papel formando un cono, vendidas por un señor alto y gordo con su
grito típico? Y el comedor Marina en Toncontín? Los postres del Duncan Mayan,
los sundays de la cafetería del cine Presidente? ¿Qué se hicieron las revistas
cubanas Carteles y Bohemia? ¿Qué se hizo la revista Life? ¿Y la revistita Luz
para curiosear? ¿Para dónde agarró el gran cantante del Elite, Salvador, con su
voz de tenor? Qué se hizo Pata de Yuca y Camaradita, Coyote, Pinuco, Chicha
Burro y Perra Ñata? ¿Y Cleto con sus bicicletas de alquiler? ¿Y Supermán
caminando en zigzag enfrente de los carros en marcha?
¿Qué pasó con los paquines de La zorra y El cuervo, Gene Autry, Los Halcones de Oro, Aquaman, Bat Man, y Superman, Henry, El gato Félix, Toby y Lulú, Balín y Balón, El pato Donald con Hugo, Paco y Luis, Tribilín, Daisy, Rico McPato, Los chicos malos, El inventor Ciro Peraloca con su foquito, El pato Lucas, El conejo Bugs, Porky, Elmer gruñón y el pirata Sam, El llanero solitario con Toro, Tarzán, Popeye, Turok, Roy Rodgers, Hopalong Cassidy y Marvila, La mujer maravilla con su avión invisible?
¿Adónde estarán nuestros juguetes preferidos? Los pesados patines de metal de 4 llantas marca Winchester, extensibles para cualquier tamaño de pie, que se colocaban en la suela del zapato con una llave y le apretaban tanto el pie que dolía? ¿y las loncheras de metal con portada pintada que llevábamos a la escuela con su termo juco con olor a naranja, el bolsón de puro cuero comprado en el mercado, que con el tiempo las correas agarraban forma de una tira de tocino enrollada y con su olor a cuero crudo que se sentía a leguas de distancia, era tan pesado que se podía noquear un compañero con él? ¿O el vasito telescópico de aluminio? ¿Qué se hizo el arco y la cierra, y el cuadro de madera lleno de clavitos con la lana de diferentes colores para hacer tapetes? ¿Para dónde agarró el acto cívico del sábado en las escuelas? ¿Y las excursiones a pie a Suyapa? ¿Y el Tornillo sin Fin?
¿A dónde se fueron los periódicos El Cronista, El Día, El Pueblo y El Correo
del Norte de diez centavos. Qué se hizo Perry Mason y Gutierritos, Bat Masterson,
Charlie Chan, El hombre biónico, Alfred Hitchcock, Rin tin tin, Patrulla de
caminos con Broderick Crawford, Ciudad desnuda, Cambio de tema Irmita y El
investigador submarino? ¿Y el túnel del tiempo, mis tres hijos y el cine en su
hogar? ¿Adónde está Omar de Jesús García, gran animador de la televisión? ¿Y
"Only you" al comenzar la programación en nuestras televisiones en
blanco y negro? En el barrio Buenos Aires, una vez al mes, por la noche pasaban
una película del cine al aire libre, proyectada en una pared en un solar
baldío. Todo el barrio estaba invitado y era completamente gratis, cada quien
llevaba su silla.
¿Y el bello parque La Concordia con sus construcciones mayas? Los niños teníamos permiso de subir por las escalinatas de la pirámide y gritar adentro de la casita para escuchar el eco de nuestras voces. Nos montábamos a manera de caballo en el cuerpo de las serpientes emplumadas, tocábamos los colmillos afilados de los jaguares, asustados por las terribles caras de los murciélagos de piedra, caminábamos sobre los troncos simulados de madera del puente de los ensueños evitando pararnos en los nudos so pena de caer al río.
En la pulpería de la esquina del parque comprábamos maicillo para alimentar las bandadas de cientos de palomas que revoloteaban alrededor nuestro, y corriendo tratábamos de atrapar una. Y los patos nadando de bajo del otro puente en una hermosa laguna con las tortugas y peces acompañándolos. En medio de la laguna había construcciones en miniatura. Hasta enanitos habitándolas veía yo con mi fértil imaginación de niño. Y para los enamorados dos salones con sombra, con columnas talladas a manera de estelas y con bancas en donde se sentaban las parejas agarradas de la mano.
Cómo olvidar la gran tortuga en forma de un altar de sacrificios en medio del parque, enfrente de la réplica de la estela C, con otro, el altar Q, cuadrado de la reunión de los 16 reyes mayas, cuatro en cada lado incluyendo a 18 conejo. Saltábamos de uno en uno los corazones de cemento con su “si, no” grabados en medio y que formaban un caminito. Patinábamos en la terraza de la otra escalinata que tenía un ladrillo de vidrio y también gritábamos en los portones del sótano para oír el eco. Adentro estaban los contadores de luz y unos grandes focos rojos y verdes en la parte de afuera. Había bancas de cemento por todos lados. Hasta los recipientes para la basura eran de cemento tallado con inscripciones. El parque estaba lleno de vegetación, de árboles enormes, arriates bien arreglados formando sinuosas veredas. Al salir del parque era como una obligación demostrar valentía cruzando el puente colgante del Chile que se movía a cada paso que dábamos.
¿Cuando va a venir el Royal Dumbar Circus al campo La Isla?
Por favor señores, díganme para adónde agarraron los cines Pálace, Variedades,
Clamer, Presidente, Centenario, Lux, Moderno e Hispano? Y el hotel Savoy, El
Panamericano cerca de La Policlínica en Comayagüela, el Hotel Prado, el Hotel
Boston, el hotel Honduras, el hotel McArthur, el hotel Marichal y el hotel
Lincoln? ¿Qué se hicieron los conjuntos musicales Los Jets, Los Speed, Los
Monsters, Los Ro-Ar, y la orquesta de Toño Medina? ¿Para dónde se fueron las
canciones: Eres como una espinita que se me ha clavado en el corazón, Suave que
me estás matando…, No no, no te digo un adiós, Estrellita del sur, Porque
pronto estaré a tu lado otra vez…, Bung bung bung bung bung bung bung bung
bung, Mr. Sandman, Bring me a dream, Make him the cutest, That I´ve ever seen…,
Pobre gente de París...
¿Y los pesados teléfonos negros que cuando uno marcaba un número el disco
regresaba en cámara lenta? Nuestro número eral el 36-00. ¿Y el Rápido Riedel, con su velocidad increíble para complacer melodías? ¿Qué
pasó con Radio Televisión, Montserrat, Comayagüela, Unión, Tegucigalpa,
Radiópolis, Radio Éxitos y Universal? ¿Y cuando todavía no teníamos televisión El Indio Calcañal, Margarito El
Guardia, la novela El Conde de Sotomayor, Corona de lágrimas y la Tremenda
corte?
¿Adónde
están los anuncios de Mejor, Mejora, Mejoral o la canción: Coca Cola grandeeee,
Coca Cola grande refresca mejor, Coca Cola grande le da mucho más…, la gente
activa debe de usar en su baño diariamente Dial…, siga los tres movimientos de
Fab, remoje, enjuague y tienda?
¿Qué
se hicieron los rótulos en las pulperías en que estaba un hombre Gordo,
sonriente, bien vestido y con una caja fuerte repleta de dinero, diciendo: Yo
vendí al contado. Y un hombre delgadito, triste y mal vestido que decía: Y yo
vendí al crédito? ¿Adónde puedo agarrar un treintero que me lleve al Au Bon
Marché? Tengo ganas de una Orange Crush o una cerveza Carta Blanca bien helada,
cuándo va a haber concierto de música clásica en el atrio de la catedral,
dirigido por el maistro Cano y gratis para todo el público? Recuerden siempre
que Cruta es nuestra.
¿Qué
se hizo el Dr. Matamoros de la óptica Matamoros que volaba una avioneta volando
bajo y tirando propaganda por toda la ciudad y que nos ponía locos de inocente
alegría a los niños? O cuando se venía manejando desde Toncontín hasta el
parque Central con los ojos vendados? Y el Ing. Pineda Ugarte, escritor, que
caminaba por las calles de Tegucigalpa vestido de kaki con su sombrero de
cazador del mismo color? Yo era un admirador de él. ¿Y las casas de empeño de
Tuza y Melchor?
Qué
tal don Luis Landa siempre de traje caminando con los brazos cruzados por todas
las calles de la vieja Tegucigalpa? ¿O Quincho Lardizábal con barba larga y
blanca haciendo juego con su traje blanco, siempre fumando una chenca?
Por mi
barrio pasaban Anita panqueque y Trina Correa. Toyano empujando una carreta
llena de naranjas. ¿Y los policías de Tránsito montados en las tarimas rojas
con un gran paraguas donados por la Coca Cola, dando vía? ¿Y los Boy Scouts
dando vía? Yo pertenecía a la tercera tropa, patrulla Halcones. Quiero poner un
telegrama en el telégrafo de la esquina, pero que no se pase de cinco palabras.
¿En donde está el reflector de la Fuerza Aérea iluminando los cielos como
buscando algo?
¿Adónde
se fue María Luisa? Qué se hizo Flores de Navidad, El bar Casin, Laitano, La
séptima avenida y la casa de Piedra? Voy a agarrar un busito de diez centavos en el parque Central. ¿Qué se hicieron
los gritos de los cobradores de bus anunciando sus destinos: Villa Adela,
Belén, Cantón, San Felipe Vacilón? y mientras el bus venía yo tarateaba:
Vacilón, qué rico el vacilón, Cha cha cha, qué rico el cha cha cha. O los
marcianos llegaron ya, y llegaron bailando ricacha, ricacha, ricacha, ricacha,
así llamaban en Marte al cha cha cha. ¿En dónde están las discotecas Petunia, El Infierno, el 007, La llamarada? Qué
se hizo El Faro, El Oasis y Las Camelias?
Me
despido con las palabras que me dijo el Dr. Angel Cruz Banegas, asiduo oyente
de "Los Sábados son para Recordar" de Rolando Ramos del Valle, que
recitaba un poema del Argentino Francisco Luis Bernárdez:
"Porque después de todo lo vivido, he comprendido, que lo que el árbol
tiene de florido, vive de lo que tiene sepultado".
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