GOTAS DEL SABER (126)

Juan Ramón Martínez

I

Retrato obra de Tania Martínez Cedeño

El 14 de enero de 1988, en la ciudad de San Pedro Sula mientras conversaban en el interior de su vehículo, Miguel Ángel Pavón y Moisés Landaverde Recarte, fueron tiroteados. Pavón era diputado del Congreso Nacional por el PINU y docente especializado en Educación Técnica. Al momento de su muerte era el Presidente del Comité para la defensa de los Derechos Humanos en San Pedro Sula. Por su parte, Landaverde era maestro de Educación Media, dirigente gremial del COPEN en San Pedro Sula. <Las circunstancias del delito indican que las víctimas se encontraban en el interior del carro de Pavón, con el motor en marcha y los faroles encendidos cuando se aproximó una motocicleta tripulada por dos hombres. Uno de los individuos bajo de la motocicleta, camino hacia la ventanilla delantera izquierda del carro estacionado y disparo sobre Miguel Ángel Pavón y Moisés Landaverde, causándoles la muerte en forma inmediata. Uno de los disparos atraviesa el cuello de Miguel Ángel Pavón y entra en el tórax de Moisés, provocándole también la muerte. A Miguel Ángel Pavón le dan dos tiros mas en la cabeza según el dictamen forense> (Tania Martínez Cedeño, Facebook). Años después Fausto Caballero que fuera miembro del 3—16 de las Fuerzas Armadas de Honduras, le confesó a una periodista norteamericana que los autores materiales del asesinato de Pavón y Landaverde, eran el teniente de Policía Mario Asdrúbal Quiñonez y el sargento Jaime Rosales. El primero conductor de la motocicleta y el segundo ejecutor material de los disparos. El crimen se produjo dentro de las mas terribles acciones represivas que ha vivido el país, en que los grupos revolucionarios hondureños fueron exterminados por la Policía y las Fuerzas Armadas.

II

El 12 de enero de 2000, falleció en Tegucigalpa Francisco Salvador Aguilar Cerrato, conocido artísticamente como Francisco Salvador “dramaturgo, actor y director teatral. Había nacido en Tegucigalpa el 7 de julio de 1934. Realizó estudios de humanidades en La Universidad San Carlos Borromeo, en Guatemala, y de teatro y letras en México. A su regreso a Honduras fundo el Teatro Universitario de Honduras; y en 1964, junto a Andrés Morris, el Teatro Nacional de Honduras que significó el comienzo de la organización teatral en el país. Junto a Roberto Sosa fundó la revista Kukulcan y las ediciones del mismo nombre, gracias a ello editaron libros importantes como “La Espera Infinita” (1959) de Jorge Federico Travieso, “Fotografía del Peñasco” (1969) de Eduardo Barh y “Mitad de mi Silencio” de Antonio José Rivas. En 1997, el Estado de Honduras le reconoce sus méritos como artista y le concede el Premio Nacional de Arte Pablo Zelaya Sierra. (José Gonzales, Diccionario de Literatos Hondureños, 2023, págs. 7,8). Francisco Salvador Aguilar Cerrato fue hijo de Jesús Aguilar Paz y de Eva Cerrato. 

III


Juan Lindo

“El Presidente, en quien reside el S. P. E. del Estado de Honduras. Sabedor que, en la ciudad de Tegucigalpa, el general Santos Guardiola, instigado por el señor Felipe Jauregui, ha hecho un pronunciamiento escandaloso en unión de unos pocos militares, desconociendo la autoridad del gobierno y de la Asamblea, que se estaba reuniendo en este pueblo.

Considerando que ataca directamente la soberanía del estado, contrariando el voto público de sus habitantes e infringe la Constitución en su parte esencial, porque tiende a destruir las autoridades legítimamente constituidas. Que el general Guardiola ha traicionado al Estado atacando la ley fundamental y los poderes creados por esta, no obstante que, como empleado público y como militar de honor, debió ser su firme apoyo. Que las miras de dicho general y el referido Jauregui son establecer en el estado un régimen de terror y de sangre, y en el exterior una política injusta y contraria a los intereses de Centroamérica, secundado o adhiriéndose a los proyectos de los que favorecen las usurpaciones británicas, DECRETA: Articulo 1°. Se declaran traidores a la patria los enunciados Guardiola y Jauregui y todos los que le sigan voluntariamente. Artículo 2°. Los referidos en el artículo anterior quedan fuera de la protección de las leyes. Artículo 3°. Las autoridades que de alguna manera los auxilien u obedezcan son asimismo traidores y quedan incursos en las penas que las leyes aplican a aquel delito. Dado en Langue, en la Casa de Gobierno, a 15 de febrero de 1850. Juan Lindo, Presidente. (Alexis de Oliva, Gobernantes Hondureños, Siglos XIX y XX, paginas 81, 82)

IV

En octubre de 1902, se efectuaron elecciones generales para suceder a Terencio Sierra en la Presidencia de la República. Aunque cuatro años antes había jurado, en el momento en que Policarpo Bonilla le entregó el mando de la República, que cumpliría la Constitución de 1894, era público su interés que el Congreso de la República no eligiera entre los tres candidatos a uno como presidente. Para continuar en el mando como dictador. En las elecciones se habían presentado Manuel Bonilla, que obtuvo la mayoría de los votos, Juan Ángel Arias el segundo lugar y en una tercera posición Marco Aurelio Soto que había regresado buscando el favor de la ciudadanía desde París, donde residía. Todo el mes de diciembre de 1902-- utilizando diversas excusas y actos maliciosos--, los diputados hondureños, caracterizados por su limitado respeto por el cumplimiento de la ley, dejaron transcurrir todo el mes de enero que tenían para cumplir su cometido en vista que el primero de febrero concluía el periodo de Terencio Sierra y debía tomar posesión el nuevo gobernante. De no haberlo cumplido, como en efecto ocurrió, se haría evidente el inicio de la guerra civil. Manuel Bonilla, estaba mientras tanto expectante en Amapala, observado los acontecimientos, listo para iniciar la guerra. Por fin, “a las diez de la mañana del 30 de enero se reunió en sesión el Congreso y después de leída y aprobada el acta de la sesión anterior, en vez de entrarse a conocer el dictamen de la Comisión de escrutinio que se había pedido con urgencia desde la sesión anterior – asunto que figuraba en el orden del día—el Diputado Coronel Ignacio Vidal introdujo moción para que en ese momento se eligieran Designados a la Presidencia de la República para el año 1903. En esos instantes el Diputado Presidente, Doctor Rafael Alvarado Manzano de filiación “sotista”, suspendió la sesión, anunciando que se reanudaría a las tres de la tarde, pero el Congreso no se reunió ese día ni el día siguiente terminando así los que nosotros consideramos como su primera etapa de sesiones”. (Víctor Cáceres Lara, Astillas de Historia, pag. 95). El autor citado sigue diciendo que “por la tarde ese día, el Dr. y General Dionisio Gutiérrez hizo saber a los diputados que esa tarde, al obscurecer, saldrían a la campaña. Con él se fueron los representantes don Marcial Gamero, Licenciado Sotero Barahona, Licenciado Mariano Vásquez, don Jesús Arellano, Licenciado Samuel Gómez E. Licenciado Luis Suarez, Licenciado Gregorio Reyes, don Sabino Tinoco, licenciado Francisco J. Mejía y Dr. Fausto Dávila. La voz corrió como un incendio en la primeras horas de la noche: ¡ya se fue don Nicho¡. Tras de la voz cundió el entusiasmo; se hicieron a un lado los temores y los capitalinos en gran número, se fueron a la “revolución” (Víctor Cáceres Lara, Astillas de Historia pág. 95) Se iniciaba el siglo y con él, las montoneras llamadas en Honduras revoluciones, con enorme simpleza e indolencia intelectual.

V

El 27 de enero de 1986, el ingeniero José Azcona del Hoyo, de 59 años de edad, asumió la titularidad del Poder ejecutivo para el periodo comprendido entre 27 de enero de 1986 y 26 de enero de 1990. Su candidatura, por una facción del Partido Liberal, en virtud de la “Opción B” que puso fin a la crisis de 1985, ganó la mayoría del voto electoral. Azcona fue el primer liberal que siguió a otro liberal en la titularidad del Poder Ejecutivo en todo el siglo xx. Además, fue el primer ingeniero civil, graduado en la UNAH que logra ser Presidente de la República de Honduras. Alexis de Oliva, en Gobernantes Hondureños Siglos XIX y XX consigna que “por primera vez en la historia política de Honduras, durante el presente siglo, el Partido Liberal logra que un "presidente liberal traspase el mando a otro del mismo partido. En otras palabras, es hasta ahora, desde el año 1901 en que el partido antes mencionado consigue dos periodos sucesivos de ejercicio presidencial". La Corte Suprema de Justicia, en virtud de la alianza con los diputados “callejistas” del Partido Nacional, correspondió a este partido (Salomón Jiménez Castro) y la titularidad del Congreso a Carlos Montoya, -- artífice del acuerdo con Callejas -- que años después traicionaría al Partido Liberal, uniéndose al PLR, el partido político que Chávez le regalo a Mel Zelaya.

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