Contracorriente: LOS VENEZOLANOS Y LA AUDITORIA ELECTORAL
Juan Ramón Martínez
El año pasado el CNE adjudico la Transmisión Resultados Electorales Preliminares (TREP) a la compañía SMARTMATIC domiciliada en Venezuela. Ahora, aunque dicen sus ejecutivos que tienen su sede en otra nación, la duda sigue flotando. Después que le fuera adjudicado el contrato de la identificación biométrica de los electores en las Juntas Receptoras de Votos (JRV), recientemente le adjudicaron el contrato de conexión de los Centros de Votación que no cuentan estructura para mandar los datos de la votación hasta Tegucigalpa. Estos tres contratos son fundamentales de las elecciones primarias en Honduras. En el caso del contrato del TREP incluye también, el conteo oficial o final de las actas de resultados en las JRV.
De modo que estamos indefensos frente a los resultados que nos brinden. Nadie podrá en tiempo real y bajo métodos científicos, comprobar que los datos del TREP sean ciertos, por lo que no será posible evitar “errores” que afecten; o favorezcan a determinados candidatos. La observación electoral que en elecciones primarias es escasa debido a su relativa importancia, será otro elemento a tomar en cuenta. Y fortalecer.
Es indudable que el monopolio de la empresa venezolana nos induzca al temor. O a anticipar un posible el fraude electoral como nos ha anticipado Denis Castro. Por lo que es obligatorio preguntarse: ¿A cuenta de que, tenemos que poner en manos de técnicos venezolanos nuestros procesos eleccionarios? ¿Cuál es la razón para que nos neguemos a pensar que la última elección en Venezuela y en las que el gobierno impuso a un presidente que no pudo comprobar que sus votos o actas de su gane eran válidos de forma científica e indubitable, sea algo que no se puede repetir en Honduras?
Ni siquiera tendremos una visión alterna que nos verifique o compruebe que verdaderamente la información que proporciona esta compañía venezolana, representa la voluntad de los electores. El CNE se ha demorado “demasiado” en publicar el pliego de condiciones para que empresas de auditoría presenten ofertas para realizar una auditoria electoral del proceso, que no sea posterior al evento. Lo ideal es antes, durante y después del 9 de marzo 2025 que contemos con una instancia que no de suficientes garantías.
Estamos a 5 días de las elecciones y todavía no se ha decidido que compañía hará la auditoria. Según lo observado en las tres licitaciones anteriores, se perfila otra compañía sospechosamente también de Venezuela. No somos tontos para evitar pensar que ello sea casualidad., ¿Es un plan bien montado con el guión venezolano para robarse las elecciones? ¿Estaremos votando 2000 millones de lempiras en un proceso que no da las mínimas garantías que se respetara la voluntad le electorado?
¿Creen que el CNE que no tiene la sensatez para decidir sobre este importante elemento de un proceso? Los auditores de los partidos políticos son activistas sin preparación para auditar a una compañía como Smartmatic. Las funciones de los observadores son limitadas y tampoco están preparadas para esa tarea.
Preocupa que la publicación de los pliegos de la licitación se haga en forma tardía. La publicación y la apertura de ofertas, se ha postergado por falta de decisión del CNE. Aunque este sea un órgano colegiado, se debe priorizar el respeto por la voluntad del electorado. Especialmente cuando en la defensa de la soberanía, cualquier dilación permite una intromisión de Venezuela en nuestras elecciones. Y ellos son un peligro. Aprovechan para descartar a los competidores. Porque adentro del CNE se juegan intereses; y, es fácil asegurar que no es remoto que quienes hacen recomendaciones técnicas, no responden a intereses económicas que atenten contra la soberanía popular.
Es la hora de evitar el fraude probable, seleccionando a otra compañía que no sea “subordinada” de la que manejara el TREP. Para que la audite. Evitando el riesgo de ser, juez y parte.
Comentarios
Publicar un comentario