Cosas del español (38): -ING, UN SUFIJO QUE QUIERE HACERSE SITIO
La Tribuna Cultural
Desde hace décadas, la terminación inglesa -ing, sufijo que -en las palabras empleadas en castellano- está luchando por formar parte de sustantivos de acción, en su mayoría derivados de verbos. Algunos de los anglicismos que lo contienen se han adaptado espontáneamente prescindiendo de la -g final: meeting > mitin, pudding > pudin, y eso es lo que se recomienda, con carácter general, en los nuevos préstamos que se van incorporando a nuestra lengua: piercing > pirsin. Otros, como pressing, habitual en el ámbito deportivo hace apenas unos años, han sido sustituidos de forma gradual por los hablantes por voces propiamente españolas como presión.
Hay
palabras muy arraigadas en nuestra lengua que presentan una seria resistencia a
la adaptación o a la sustitución. Se han incluido en el diccionario académico,
con la cursiva correspondiente: camping (para la que se recomienda campin), catering
(cáterin es la voz aconsejable), marketing (que se puede adaptar como márquetin
o, mejor, sustituir por sus equivalentes mercadotecnia y mercadeo), lifting
(para la que se propone como alternativa estiramiento [facial]), parking (que, aunque
puede adaptarse como parquin, cuenta con sustitutos como aparcamiento o estacionamiento),
ranking (que cabe adaptar como ranquin, pero que es reemplazable por clasificación
o escalafón) o casting (para el que se sugieren castin o, mejor, audición).
Algunas forman parte de construcciones hibridas como alto standing (solo
raramente aparece el anglicismo en otros contextos). Otras van perdiendo fuerza
y dejan paso a voces de igual terminación (es el caso de footing ante running).
La
situación parece no tener fin. Hoy son frecuentes en los medios de comunicación
términos como mobbing, bullying o crowdfunding. Por no hablar de omnipresente coaching.
Esta relación podría crecer de manera exponencial si se incorporan a ella voces
de determinados campos o disciplinas, en los que el uso de anglicismos supone a
menudo un plus de prestigio o credibilidad: consulting, renting, vending,
rating, planning…
El
sufijo -ing nos resulta tan familiar que los hablantes han empezado a
utilizarlo de forma espontanea para crear nuevos términos a partir de palabras
españolas (sobre la base de sustantivos, curiosamente, a los que se une para
formar otro nuevo con significado de acción): es el caso de puenting (palabra
ya incluida en el diccionario académico, pero en cursiva), balconing o edredoning.
No
es habitual que un sufijo extranjero entre a formar parte del sistema
morfológico del español, pero el fenómeno del -ing ahí está. Hay otros casos
que presentan ciertas semejanzas. Por ejemplo, el uso del elemento compositivo -gate
(terminación de Watergate), tomado también del inglés, con el que se forman
nombres de escándalos mediáticos: dieselgate, Pemexgate, Petrogate, Delcygate.
No se atienen a las normas, pero periodísticamente son muy expresivos.
(Fuente: Nunca lo hubiera dicho, Taurus, Madrid, Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, págs. 106 y 107).
Comentarios
Publicar un comentario