Cosas del español (39): MUJERES QUE SE HACEN VISIBLES
Uno de los cambios mas significativos que ha experimentado la sociedad en las últimas décadas, la incorporación masiva de la mujer al ámbito laboral y la normalización de su presencia en la vida cultural y social, ha tenido su repercusión en los usos lingüísticos que persiguen una mayor visibilidad del género femenino.
Se
registra una tendencia general a desdoblar los nombres de profesiones, cargos,
títulos o actividades, creando un femenino especifico. En la evolución de
muchos de estos sustantivos, es habitual que los tradicionalmente masculinos
pasen a ser comunes y después a tener una forma femenina: el medico >
el/la medico > el medico / la médica.
El
femenino de este tipo de sustantivo se forma, con carácter general, cambiando
la desinencia del masculino por -a. Algunos, por su terminación,
presentan resistencia a la creación de estos femeninos específicos, mientras
que otros se adaptan con naturalidad. Entre estos últimos se incluyen aquellos
cuya forma masculina acaba en -o,
que son los más habituales: abogada, árbitra, arquitecta, ingeniera,
ministra. También, los terminados en -or (escritora,
compositora, gobernadora, directora, doctora) y los agudos que acaban
en -n (bailarina) o en -s (marquesa).
Sin embargo, por razones sociales o históricas, no siempre existe un femenino
especifico ni siquiera en estos casos. Es lo que ocurre, por ejemplo, en los
grados de la escala militar, que suelen emplearse como comunes en cuanto al
género: la cabo, la soldado, la sargento, la capitán, (se usa mas
capitana para la mujer que dirige una nave o un equipo
deportivo). También, en la modelo -donde no parecen existir
problemas de visibilización- y la piloto, aunque comienza a oírse
el femenino pilota.
El
resto de las terminaciones suelen ser comunes en cuanto al genero o forman el
femenino con morfemas diferentes de -a: abadesa, alcaldesa,
reina, choferesa, poetisa (estas dos ultimas alternan con las variantes
comunes la chófer y la poeta). Pero cada vez hay
mas excepciones: jefa, jueza, concejala, fiscala… En este
paradigma se inscriben los sustantivos terminados en -nte,
derivados en su mayoría de antiguos participios de presente: la cantante,
la agente. En algunos casos se ha extendido el femenino en -a:
dependienta, intendenta, gerenta, infanta, sirvienta, presidenta.
La aceptación de estos femeninos no es unánime, y depende muchas veces de las
áreas geográficas. Por tradición, se admite el uso como comunes en cuanto el
genero de todos estos sustantivos (salvo en el caso de la infante,
que en algunas acepciones se percibe como anómalo), en alternancia con las
formas específicas de femenino.
Existen
tendencias, no reglas rígidas. Se trata de un fenómeno en evolución permanente.
(Fuente: Nunca lo hubiera dicho, Taurus, Madrid, Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, págs. 108 y 109).
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