A ELECCIONES SIN PROPUESTAS

 

Ventura Ramos Alvarado

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Oscar Aníbal Puerto Posas

A manera de preámbulo

Cuando Tegucigalpa era una ciudad de intelectuales andantes

En los años 60, 70 y 80 del siglo pasado, Tegucigalpa era una ciudad de intelectuales andantes. La explicación es sencilla: no tenían ingresos en cuantía suficiente como para adquirir un automóvil. A ello se aúnan otros factores: la ciudad era un encanto: placía caminarla. Distendido el ánimo, sin peligro de asaltos. El aire era puro y la gente bondadosa. Visto este panorama, no es extraño que el poeta Claudio Barrera, la recorriera con aire pensativo. Que también lo hiciera Constantino Suasnávar, con su ropa raída. Suasnávar, dice el Diccionario Enciclopédico UTEHA, “su poesía es ultraísta”. Autor de “Números”. Un valor literario al que aquí no se le tomaba en cuenta. 

Santiago Flores Ochoa era otro peregrino de nuestras calles. Era el editorialista del diario “El Día”. Elegantemente vestido con traje a la medida y corbata fina. Escribía editoriales que abordaban los problemas nacionales. A veces, no pudiendo concluirlos, insertaba un soneto de su propia autoría. Es el único caso -que yo sepa- que algún editorialista, se permitiera ese lujo. Se lo permitía, en cambio, el dueño del periódico, arquitecto Julio López Pineda, quien mucho lo estimaba. 

Transitaban las calles, el poeta Oscar Acosta. Pompeyo del Valle. Medardo Mejía, quien al parecer vivía solo, en tanto, como dice en sus memorias: “Refiere Anisias, el paso de aquel Milpero”. “Me casé en 1933. La mujer me acompañó en el destierro, en el que tuve dos hijos, Augusto y Victoria que conocieron las desdichas de la migración perseguida. Con todo eso los crié y les di educación. Ambos llegaron a ser profesionales del Brasil”. De donde no volvieron, agrego yo.

Roberto Sosa, también fue transeúnte de esta ciudad “bella solo en el nombre”, dijo el poeta yoreño. Matías Fúnez Cárcamo y su hijo Matías Fúnez Valladares; Alejandro Castro h., Álvaro J. Cerrato, no era un caminante; el autor de “Flor de Violación”, vivía en la calle. En la total inopia. Padecía una enfermedad que no tiene curación: alcoholismo.

Intencionalmente, dejo de último a Ventura Ramos. Maestro y periodista. Editorialista sapiente de “El Cronista”, después de "Diario Tiempo”. Fue durante muchos años, mi periodista favorito. Juicioso y cuidadoso del bien decir.

Una anécdota  

Próximo a las elecciones de 1981, que por “diktat” norteamericano, obligaron a los militares a devolver a los civiles, el ejercicio del Poder, a través de los “comicios curiales”, como calificaba a estos eventos -ridiculizándolos- un periodista de la revista cubana “Bohemia” (de grata recordación por la gente de mi generación. Un día de tantos, iba don Ventura a su trabajo. Por casualidad, yo iba a poca distancia de él. De pronto, sentí el ruido de un carro que frenaba. Se bajó la ventanilla y salió a luz una cara mofletuda. Era el doctor Roberto Suazo Córdova. Se dirigió a don Ventura, con voz estentórea:

-          Ventura, apoyá mi candidatura. El maestro, sin pestañear siquiera, le dio esta respuesta:

-          Envíame tu Plan de Gobierno, y después hablamos.

Ahí terminó el diálogo. Don Ventura se libró del impertinente con suma elegancia. Sabía que no tenía “Plan de Gobierno”. Tampoco su contendiente más cercano, el abogado Ricardo Zúniga Augustinus, candidato del Partido Nacional.

Suazo conoció a don Ventura, en circunstancias muy disímiles. Ambos en Guatemala. Ahí florecía un proyecto político novedoso: “La Revolución de Octubre”. Lo inició, el gobierno del doctor en Pedagogía Juan José Arévalo. Prosiguió el plan de reformas políticas y sociales, el joven militar Jacobo Árbenz Guzmán. Derribado en circunstancias obscuras. Ventura hacía periodismo. Suazo estudiaba Medicina en “La Real y Pontificia Universidad de San Carlos de Borromeo”. Cual la denomina Daniel Vela, periodista, jurista, y “pensador esclarecido”, cito a Luis Recasens Siches. 

Suazo era hijo de don Julián (del mismo apellido), el Gobernador Político de La Paz, en la administración del abogado Tiburcio Carías. Por tal razón, la migración exilada, lo veían desde lejos. Con lo anterior doy por supuesto que se conocían. Pero no los ataba el vigor de la amistad. Transcurridos los años, otro médico hondureño, José Ramón Adolfo Villeda Morales lleva a las filas del Partido Liberal a su colega Roberto Suazo Córdova, quien llega a ocupar una curul. Firmó la Constitución de 1957. Si bien nunca se escuchó su voz en los debates. Amistó con Modesto Rodas Alvarado. A la muerte de éste, alguien inventó que Suazo Córdova (Rosuco, lo llamaba el pueblo), “había heredado el sombrero de Rodas Alvarado”. Es decir, antes de morir, el gran orador, habíale ungido. Llegó al Poder. En su gobierno desaparecieron 184 personas (hondureños y de otras nacionalidades). Mal hubiera hecho Ventura Ramos en apoyarle. Al contrario, elevó su voz contra tanta injuria al honor nacional.

México como espejo

Nos aproximamos a otro proceso electoral. Hay cinco candidatos inscritos: Mario Enrique Rivera Callejas, por el Partido Demócrata Cristiano; Rixi Ramona Moncada Godoy, por el Partido Libertad y Refundación; Nelson Ávila, por el Partido Innovación y Undiad (PINU); Salvador Nasralla, por el Partido Liberal y Juan Nasry Asfura, por el Partido Nacional.

Se han limitado a insultarse. A descalificarse. A desacreditarse. Ninguno ha hecho una propuesta confiable. Es posible que no la formulen. Es un menosprecio al pueblo. Es una bofetada a los intelectuales. Es una forma de considerar una masa amorfa ignorante a la población votante.

Admiro a México. Que se vean en ese espejo. Andrés Manuel López Obrador, elaboró un documento enjundioso, lo tituló: “Plan Alternativo de Nación”. Sirvió para apartar al PRI. Que tenía 70 años de gobierno. López Obrador, contra todo pronóstico triunfó. Recorrió los 27 estados y 3 territorios de la República Federal mexicana. Con su “Un Proyecto Alternativo de Nación”, hizo soñar a su pueblo y ganó. Su gestión fue ejemplar. Por ello, MORENA (su partido) volvió a ganar. Por primera vez en la historia mexicana, una mujer es la presidenta. Se llama Claudia Sheinbaum. Gran estadista. Sigue las huellas de su antecesor. Ella, proseguirá el “Proyecto Alternativo de Nación”. No se puede gobernar sin metas y sin propósitos.

Bibliografía

-       Diccionario Enciclopédico UTEHA, México, 1953.

-       González, José, “Diccionario de literatos hondureños”, ediciones Guardabarranco, Tegucigalpa, 2023.

-       López Obrador, Andrés Manuel, “Un Proyecto Alternativo de Nación”, 1ª edición. Litográfica Ingramex, México, D.F., 2005.

-       Mejía, Medardo, “Historia de Honduras”, Tomo VI, Editorial Universitaria, Tegucigalpa, 1990.

-       Recasens Siches, Luis, “Estudios de Filosofía del Derecho”, Tomo II, UTEHA, México, 1946.

Tegucigalpa, julio 2025.

Comentarios

  1. Excelente artículo . Nunca olvidó al Catedrático Don Ventura Ramos ,lo ubicamos en el cuadro de dirección del Periódico El Normalista, Escuela Normal Asociada.

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  2. Wilfredo Laínez G.domingo, junio 29, 2025

    Un buen elector debe aprender del insigne y valiente periodista Ventura Ramos, que con mucha clase le pidió a Roberto Suazo Córdova, un nacionalista y liberal de raíces, su plan de gobierno. Hoy, como antes, los candidatos siguen sin tener ni el talante ni el talento para presentar propuestas que realmente cuenten. ¡Que no nos vendan solo promesas, sino planes claro y discursos coherentes y congruentes

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