Cosas del español (48): LA NEGACIÓN QUE NO NIEGA
En algunos contextos, la negación no niega, no aporta un valor negativo real. Se trata de construcciones en las que se puede suprimir el adverbio no sin cambio de significado. Por ejemplo, en un enunciado como No mejorará hasta que (no) estudie más, donde es claro que ese segundo no resulta superfluo o redundante y carece de cualquier función o, en todo caso, tiene una función enfática o expresiva. No se trata de un fenómeno exclusivo el español, está presente en otras lenguas romances.
En
particular, es muy característico de construcciones temporales introducidas por
la preposición hasta, como la que sirve de ejemplo en al párrafo
anterior. Es necesaria la presencia de otra negación o de un término que
funcione como inductor negativo (en redonda en los siguientes ejemplos): No quiso
subir al barco hasta que (no) me vio; Ninguno creíamos en sus
posibilidades hasta que (no) empezó la carrera; Hasta que (no)
veamos un crecimiento sostenido es imposible pensar en la
recuperación del mercado. Se trata de construcciones semánticamente
equivalentes a las introducidas por mientras y en tanto que,
pero en estas últimas el uso del adverbio no es obligatorio: No
mejorará mientras no estudie mas / No mejorará en tanto que no estudie más.
Esta
falsa negación esta también presente en las oraciones comparativas de
desigualdad: Es mejor que nos equivoquemos ahora que (no) posponerlo
indefinidamente. En esta clase de construcciones se suele recurrir a
ella para evitar la concatenación de conjunciones (que que), que
no se considera incorrecta, pero que resulta poco elegante: Más vale que
le des lo que quiere que (no) que tengamos que aguantarlo toda la tarde.
También es habitual en algunas oraciones exclamativas retoricas en las que se
expresa cantidad, ¡Cuántas veces (no) habremos escuchado ya esta frase!,
o una cualidad o propiedad, Cómo (no) sería su aspecto, que lo llevaron
inmediatamente al hospital.
Existen
otros casos, como el de la negación que acompaña a veces a la locución por
poco (que aquí equivale a ´casi´) cuando esta aparece en posición
inicial: Por poco (no) me cargo el coche. Mas raramente, aparece
en oraciones con verbo de duda o temor, con los que era bastante mas usual en
al antiguo castellano, en el que este fenómeno estaba sometido a menos
restricciones.
La
negación que no niega se denomina negación expletiva. También se
ha llamado negación pleonástica o espuria. Sobre
esta ultima palabra (espurio, que significa ´falso, bastardo,
ilegítimo´) no está de mas incidir. Es cada vez mas habitual decir, e incluso
escribir, *espúreo, con cambio de vocal e hiato.
(Fuente: Nunca lo hubiera dicho, Taurus, Madrid, Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, págs. 129 y 130).
Comentarios
Publicar un comentario