Contracorriente: BIOGRAFIA DEL “GENERAL”

Juan Ramón Martínez

Roosevelt Hernández, nació en Choluteca el 20 de diciembre de 1968. Hijo de Héctor Manuel Hernández y Doris Aguilar. Ingreso a la Escuela Militar en 1985. Es miembro de la promoción XXVII (1990). Ocupó el séptimo lugar. Está casado con Ondina Suyapa Andino, con la cual tiene cuatro hijos: Ritsa Samanta, Lenin Alberto, Roosevelt Leonel y Marcelo Alejandro. Reside en las Uvas, Comayagüela.

En 2021, dirigía la Brigada 101 en Choluteca. La distribución de alimentos a los damnificados le molesto, reaccionando politicamente. Reclamo que solo se les daba a los nacionalistas. Como castigo, Tito Livio Moreno lo relevo enviándolo a comandar el COES, en Tegucigalpa, afectando su objetivo militar buscado por todo oficial: ser Jefe del Estado Mayor Conjunto. Este desplazamiento, lo saco de la línea jerárquica que conducía al cumplimiento de sus sueños. Y le provocó un vivo resentimiento en contra de JOH y del Partido Nacional.

El COES, incluye el Primer Batallón de Infantería, el II Batallón Aerotransportado y las Fuerzas Especiales de la Venta, Francisco Morazán. El Primer Batallón era comandado por Ramiro Muñoz, de la XIX promoción. En esta unidad militar guardaba prisión Marcelo Chimirri, al que le daba facilidades para sus salidas irregulares. Muñoz desarrollo íntima amistad con Mel. Muñoz reanimó la carrera de Hernández, con el que había forjado rápida confianza. Una vez nombrado Fortin Jefe del Estado Mayor, Muñoz entró a dirigir la Policía Militar de Orden Público – que tiene 9 batallones – y empujó a Hernández a la comandancia del Ejército. Para entonces, Hernández había recuperado sus expectativas, por lo que se dedicó de nuevo a lograr sus sueños.

Mel valoro el carácter y personalidad de Hernández. Y creyó con olfato político que se le podía confiar cualquier misión, porque era leal; y no se detenía ante nada para lograr lo que lo ordenaban. Entre la ley y obediencia a los jefes, escogía a los últimos. Sabía imponer un militarismo duro, mesiánico y arbitrario, amenazando a sus subordinados. Haciéndoles preguntas para ridiculizarlos. Imponiendo el miedo.

Pero Hernández, sabía que no las tenía todas consigo. Muñoz era su apoyo y su refugio; pero también su competidor. Hablaba mejor, muy coherente en su discurso; y con habilidad para manejar relaciones con los periodistas. Una vez que Fortín, invocando antigüedad había logrado que JOH lo nombraran JEM, le apoyo para que Mel lo ratificara en el cargo. Fortín acepto el papel y Hernández lo siguió.

Después, desplazo a Muñoz de la Policía Militar con el compromiso que le facilitaría la Jefatura de Estado Mayor en 2025 cuando “ganaran las elecciones generales”. Y filtro información defendiendo los afectados por los excesos verbales de Muñoz. Y ratificó su lealtad a Mel y Xiomara.

En el 9--M animo los errores de Barahona Rosales, que había acompañado en Nicaragua-- desde la agregaduría en Managua--, los movimientos de Zelaya para ingresar a Honduras el 2009. Le dio la tarea de boicotear al proceso electoral, cumpliendo instrucciones de Mel. El 9—Marzo,  Barahona Rosales comandaba el Primer Batallón. Ahora ha tenido que enfrentar la responsabilidad por los errores cometidos en la distribución de los materiales electorales. La Orden de Operaciones sobre desplazamiento de las tropas del M--9, señala que Barahona Rosales y no el CNE, es el responsable de los atrasos en las elecciones en Tegucigalpa. Pero no se puede acceder al documento porque Hernández tiene paralizada la acción, con el apoyo del Fiscal General, igualmente leal a Mel.

Mediante acciones publicitarias, se presenta como defensor de las FFAA, dispuesto a interrumpir las próximas elecciones si se le ordene la “Comandante”, como ratifico recientemente. Repite la expresión de Rixi: “matriz mediática” sin vergüenza alguna. En el fondo, aunque asustado, sabe que puede sostenerse, forzando la lealtad formal de los oficiales superiores. Para ello los obliga a firmar documentos y a salir de “paseo al bosque” a su lado.

Tiene claro – lo que sabe Mel – que su futuro no tiene que ver con la defensa de la Constitución, sino con sus servicios al “Comandante”, que le dio una mano para recuperar su carrera, afectada por sus faltas de juicio y capacidad para manejar diferencias en 2021.

Hernández, es después de Mel, el mayor peligro para la democracia hondureña. Es obediente a los Zelaya. Irrespetuoso de la Constitución. Nervioso y visceral. Tiene control sobre las FFAA y mantiene de rodillas a sus oficiales superiores. Después de Mel, solo obedece al Pentágono. Gran peligro.

Comentarios

  1. En Honduras ya debe ser necesario y obligatorio,crear un perfil,politico,cultural y democratico,ya la historia de nuestro pais ,nos ha enseñado que las mayores crisis la han provocado los politicos.

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