GOTAS DEL SABER (125)
Juan Ramón Martínez
I
Marco Aurelio Soto
“La revolución que puso
término al gobierno del general Manuel Bonilla el 25 de marzo de 1907, fecha en
que entro a Tegucigalpa, con las fuerzas victoriosas, la Junta de gobierno que
un mes antes, las que fueron apoyadas por el gobierno de Nicaragua, se había
organizado en San Marcos de Colon, formada por los señores D. Miguel Oquelí
Bustillo, D. Máximo Betancourt Rosales y D. Juan Ignacio Castro. Llamado por la
Junta del Gobierno el general D Miguel R Dávila el ejercicio del Poder
Ejecutivo, entro a sus funciones como Presidente Provisional el 18 de abril.
Pero la situación que se había creado en el interior del país y con los Gobiernos
de Centroamérica era tan delicada que, preocupados de ella el gobierno de los
Estados Unidos de América y el de México, de común acuerdo, hicieron gestiones amistosas
para que el doctor (Marco Aurelio) Soto ocupara la Presidencia de Honduras. El
doctor Soto seguía en San José de Costa Rica, y se hallaba gravemente enfermo.
Fue llamado a Washington; pero no pudiendo aceptar los propósitos que allí se
le hicieron, presto grandes servicios a la paz y a la independencia de
Centroamérica, habiendo sabido contribuir digna y noblemente al afianzamiento
del general Dávila en la Presidencia”. (Rómulo
E. Durón, Biografía del doctor Marco Aurelio Soto, Erandique, Tegucigalpa 2023,
pág. 50)
II
Ángel Zúñiga Huete
En octubre de 1932, se
efectuaron elecciones generales. Concurrieron como candidatos Tiburcio Carias
Andino por el Partido Nacional y Ángel Zúñiga Huete por el Partido Liberal. Los
resultados favorecieron al primero; pero algunos altos dirigentes del gobierno,
se resistieron a aceptar los resultados de las urnas. “El 13 de noviembre se
pronunciaron algunos Mayores de Plaza de la Republica y otros entregaron sus
cuarteles a los conspiradores partidarios del señor Zúñiga Huete sin haber
disparado un solo tiro. El nacionalismo inmediatamente se agrupo en derredor de
su Presidente Electo, listos para derramar su sangre una vez más en defensa de
las sagradas instituciones y en defensa de las libertades y derechos de los
hondureños amantes de la paz, el trabajo y el orden. Se encarnizo aquella lucha
sangrienta. El Presidente Mejía Colindres contemplaba impasible el sangriento
drama sin hacer de su parte algo para evitar mayores desastres y la consumación
de un crimen injustificable. Ese mismo día, 13 de noviembre, el general José
María Fonseca acompañado del Jefe de Estado Mayor Presidencial general
Francisco Valladares L, repartía a sus hombres en la Plaza de Comayagüela
frente al hoy Palacio de Bellas Artes las armas extraídas de la Casa
Presidencial, abandonando aquella misma tarde la Capital a vista y paciencia de
todo el mundo” (Lucas Paredes, Drama
Político de Honduras, pág. 424). Pese a los anterior, el Presidente Mejía
Colindres y los militares leales, en cooperación con los nacionalistas
dirigidos por el general Carias Andino y contando, con el apoyo del gobierno de
El Salvador que proporciono armas, derrotaron a los facciosos que se dirigieron
al sur de la república y vía San Marcos, se internaron en Nicaragua. Aquí, el
general José María Reina, líder de los liberales rebelados en contra de su
propio gobierno, pereció en un accidente aéreo. Zúñiga Huete se asilo en
Nicaragua primero y después en México, donde residió hasta 1948, cuando se
presentó como candidato a la presidencia de la república, bajo la bandera del
Partido liberal. Por la falta de garantías, sostuvo, se asilo en la embajada de
Cuba y jamás regreso a su patria.
III
Whitting Willauer
El embajador de los Estados
Unidos, Whitting Willauer, creía en 1954, que las elecciones de octubre iban
dar ocasión para una nueva guerra civil. Que Villeda era comunista, que Carias
debía hacerse a un lado; y que era necesario buscar otras alternativas. Visito
a Carias Andino y le hizo una propuesta que el expresidente Carias “indico al
señor Carlos Izaguirre, quien sirviera de interprete a la entrevista que el
primero celebro por la mañana con el Embajador Willauer, que le diera lectura a
la reseña escrita que el propio interprete había hecho de los puntos
fundamentales tratados en la referida entrevista. A) El embajador Willauer
manifestó a Carias los temores del Departamento de Estado de que la paz de
Honduras pudiera ser alterada por la falta de avenimiento de los tres grupos políticos
en lucha y la inconformidad de los candidatos y sus partidarios que fueran
derrotados en las elecciones de octubre. B) El Departamento de Estado tenia
datos que en el Partido Liberal se habían infiltrado elementos izquierdistas y,
se habían organizado varias células comunistas en los organismos de dicha
agrupación política y, además, con la caída del gobierno de Arbenz Guzmán se
había comprobado que el Partido Liberal había recibido ayuda financiera del
exterior otorgada principalmente por parte de dicho régimen caído. La huelga
conto con elementos extranjeros. C. El Departamento de estado de los estados
Unidos manifestaba un vivo interés en la conservación de la paz y el orden en
Honduras, como un medio para el desarrollo de este país amigo, y deseaba evitar
que la lucha política pudiera llevar al implantamiento de un régimen como el
depuesto en Guatemala. D) Para evitar las consecuencias indicadas
anteriormente, el Embajador propuso las dos soluciones siguientes: 1°. La
continuación del doctor Juan Manuel Gálvez en la Presidencia de la Republica,
por un periodo de uno o dos años, y la convocatoria a sesiones extraordinarias
del Congreso Nacional a fin que este a su vez acordara la reforma de la Constitución
Política, para lo cual debería convocarse una Asamblea Nacional Constituyente,
y 2°. Que, dentro de las 24 horas siguientes, el general carias podía proponer
a la embajada una solución que garantizara la tranquilidad y el orden del país,
para lo cual podía enviar un Delegado en el plazo indicado. Esta última
proposición se hizo por insinuación del Prof. Don Carlos Izaguirre” (Ramón E. Cruz, La Lucha política de 1954 y
la ruptura del orden constitucional, Editorial Universitaria, 1982, págs. 17,
18) La e reunión entre Carias y Willauer se efectuó en la casa del caudillo
hondureño se efectuó el 14 de septiembre de 1954 a las tres de la tarde
IV
Don Miguel Brooks
Prensa Libre, periódico
político que representaba al Movimiento Nacional Reformista, en su edición de
fecha 14 de noviembre de 1955, dice que “Se cumplió ayer el primer aniversario
de la muerte, ocurrida en Miami, Florida, estados Unidos de América, del que en
vida fuera el activo hombre de negocios don Miguel Brooks. Con ese motivo, la
Primera Dama de la Republica, doña Laura Vigíl de Lozano y miembros de la
familia del apreciable extinto mandaron a oficiar una suntuosa misa de difuntos
que tuvo lugar, con numeroso acompañamiento, en la Santa Iglesia Catedral”. El
señor Brooks pese al apellido no era estadounidense, sino que de origen
palestino que, al nacionalizarse como hondureño, tomo un nombre inglés, pese a
que cuentan que su amigo el general Carias Andino, Presidente de la Republica,
le recomendara otro apellido más español.
V
“Un suceso desgraciado, digno
de figura en la galería de Ripley “Aunque usted no lo crea” ocurrió en la noche
del 11 de noviembre (de 1955) en curso en la hacienda de don Miguel Morales
jurisdicción de Jesús de Otoro. En la fecha indicada el arriero Sixto Cálix
Vásquez se encontraba apurado manejando un patacho de mulas cargadas, cuando
los espantadizos animales, inquietos por los azotes con los estimulaba el mozo,
empezaron a revolverse y a pararse sobre las patas traseras. Tanto como el
mulatero trataba de calmarlas, más se revolvían las bestias, hasta que al fin
formaron un verdadero enredijo con los lazos y las “árganas”. Desgraciadamente,
Cálix Vásquez quedó aprisionado en una vuelta de las pialeras, resultado
inútiles los esfuerzos que hacía para librarse del nudo mortal, porque los
animales, despavoridos por los gritos de la víctima, tiraban en sentidos
contrarios. Fue tal la presión ejercida por los lazos en el cuello del
infortunado arriero, que este moría poco después en medio de dolorosos
estertores… asesinado por sus mulas. Por aquello de las dudas, las autoridades
están siguiendo las averiguaciones del caso, no vaya a ser que las bestias
resulten de dos patas”.
VI
“Carias siguió el consejo de
sus allegados y rompió el pacto que había sido escrito y firmado entre los cuatro
jefes (Tosta, Ferrera, Martínez Fúnez). Ferrera se levantó en armas y con ello
vino la segunda etapa de la guerra civil en Honduras que duro de principios de
agosto a principios de noviembre de 1924 con todo el cortejo de desastres de
todo género. Ya una vez antes había roto Carias otro pacto con Ferrera, el llamado
de Tiloarque, celebrado durante el sitio de Tegucigalpa, en el que convinieron
en nombrar presidente Provisional al doctor Fausto Dávila; pero reconociendo a
carias como jefe supremo de la evolución, mientras el Presidente recibía el
poder. Dávila fue desde aquí, de Estados Unidos, donde se hallaba, a recibir la
presidencia, llamado por los jefes contratantes; pero al llegar allí, Carias se
negó a entregarle el poder, y quedo abierto un abismo entre Carias y Ferrera,
que está lejos de llenarse con toda la sangre que se ha derramada y seguirá
derramándose. Y es de advertir que Dávila también era también un afiliado al
partido cariista, a pasar de lo cual fue aceptado por Ferrera; y aquel pacto
causo gran descontento a los amigos de Ferrera, principalmente por el
reconocimiento de Carias como jefe supremo de los ejércitos revolucionarios, de
lo cual se aprovechó para quedar de entonces de hecho con el poder público en
sus manos.
Terminada la segunda campaña
revolucionaria al traspasar Ferrera la frontera con Guatemala en noviembre
(1924) los vencedores pensaron en la elección definitiva de Presidente. Mucho
costo a Carias resolverse a desistir de su candidatura; pero al fin parece que
se convenció de que su gobierno no sería reconocido, aunque se hiciese elegir y
se reunieron los tres principales jefes militares, Carias, Tosta y Martínez Fúnez
para escoger candidato. Sin duda, lo que hizo que Carias tomase la decisión fue
la presentación de un memorándum del
ministro americano, ratificando el propósito de su gobierno de no reconocer
la elección de ninguno de los jefes revolucionarios” (Aron Sanso, Crónicas de la Guerra Civil de 1924, págs. 224—225).
Ferrera irrespeto el acuerdo de Amapala. Dávila, no fue aceptado por su
vinculación con las empresas fruteras que habían financiado a la revuelta.
Tosta, fue aceptado como presidente provisional; pero no se presentó como
candidato, y Carias, fue más bien, el que más atendió el acuerdo en que inhibía
los cuatro jefes militares de la guerra. Espero su oportunidad, para serlo ocho
años después. Creemos, además, que Aron Sanso era un seudónimo de Policarpo
Bonilla
VII
Roberto Suazo Córdova
El primer conflicto político que puso en precario al retorno de la institucionalidad democrática en la década de los ochenta del siglo pasado lo produjo Suazo Córdova en tres momentos: 1. Su pretensión de buscar una interpretación para que se aceptara que su elección había sido hecha con la Constitución de 1965 que determinaba que el periodo presidencial era de seis años; 2. El encarcelamiento y persecución de los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia; y 3, su pretensión de imponer como candidato presidencial de los partidos liberal y nacionalista a Oscar Mejía Arellano y Juan Pablo Urrutia respectivamente. La Tribuna, el 24 de noviembre público: “Acuerdo a la media Noche”, indicando que las elecciones internas y las generales, se efectuarían simultáneamente el 24 de noviembre. “El conflicto político internacional que amenaza el proceso democrático de Honduras quedo superado en la medianoche, al suscribir los grupos en pugna un acta de compromiso, mediante el cual se acuerda la excarcelación del abogado Ramón Valladares Soto, el reemplazo de cuatro magistrados de la corte Suprema de Justicia que preside Carlos Manuel Arita Palomo y la celebración de elecciones internas paralelas a las generales el 24 de noviembre. Así mismo, la distribución equitativa de la deuda política para todos los candidatos presidenciales y dejar en suspenso la inscripción de las candidaturas presidenciales de Oscar Mejía Arellano y Juan Pablo Urrutia Raudales, mientras tanto el Congreso no emita la reglamentación del proceso electoral. La opción “B” está incluida en número 4 del acta de Compromiso firmado en la Fuerza Aérea Hondureña”. (Alexis de Oliva, Los Gobernantes Hondureños Siglos XIX y XX, págs. 294, 295).
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