Cosas del Español (22): MEXICO Y TEXAS: RELIQUIAS ORTOGRAFICAS
No es infrecuente encontrar
algunas anomalías ortográficas en apellidos y topónimos. Es el caso de términos
como México, Texas o Ximénez, en los que llama la atención el uso de la
letra equis con valor de /j/. Pero esta aparente falta de correspondencia entre
grafía y pronunciación ([Méjiko], [Téjas] y [Jiménez], y no, como seria
esperable, [Méksico], [Téksas] y [Siménez]) tiene su razón de ser: se debe a
que la equis se emplea con el valor que tuvo durante algún tiempo en el español
antiguo y que conservó, de hecho, hasta principios del siglo XIX.
La historia es algo tortuosa.
En el español medieval, la x representa un sonido semejante al de la sh
inglesa (ship, cash) o la ch francesa (chef, clochard), de
modo que por entonces se escribía dixo y exemplo, que se
pronunciaban, respectivamente, [dísho] y [eshémplo]. Al mismo tiempo, se
empleaban la letra j y g (esta solo ante e, i) con un
sonido parecido al de la j del francés actual (journal, jeu),
misma pronunciación que tenían, por ejemplo, en fijo (hoy hijo) o
muger (hoy mujer).
Entre los siglos XVI y XVII,
ambos sonidos (uno sordo y otro sonoro) convergieron, y el resultante
evolucionó hasta transformarse en la /j/ que hoy conocemos. Para representarlo
de manera gráfica, se mantuvieron en el inicio las tres grafías originales: la x,
la j y la g. En 1815, con el fin de simplificar este pequeño
desbarajuste, la Real Academia Española decidió eliminar la equis, reservándola
para transcribir el sonido con el que se empleaba ya en latín (/k+s/).
De modo que la presencia de
esa extraña equis en voces como las mencionadas, o en Oaxaca, Xapala,
Axarquía, Mexía o Ximena, esta justificada históricamente. Aun así, en la
mayoría de los casos coexisten las variantes que se corresponden con el actual
sistema del español (Méjico, Tejas, Jiménez). En España, fue mayoritaria
hasta no hace mucho la grafía Méjico, que poco a poco se ha ido
abandonando en favor de la variante con x, que es la preferida en el país
americano.
Por otra parte, también se
puede encontrar esta reliquia ortográfica en voces procedentes de las lenguas
amerindias de México y América Central, como xiote (´cierta enfermedad
de la piel´), que se pronuncia [jióte]. Pero aquí la cosa se complica, porque
cuando los españoles llegaron a América, la pronunciación de esa /sh/de la que
antes hemos hablado, también presente en lenguas como el nahuatl y el maya, existía
aun en castellano, de modo que emplearon también la equis para transcribirla.
Esta letra aun se conserva con dicho valor en términos como mixiote
(´cierto plato mexicano´) o xocoyote (en México, ´hijo menor´),
pronunciados [mishióte] y [shokoyóte].
Fuente: Nunca lo hubiera dicho, Taurus, Madrid, Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, págs. 69 y 70.
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