Contracorriente: DESARROLLO Y EDUCACION DEL HONDUREÑO

Juan Ramón Martínez

Es inevitable la obligada conclusión. Si Honduras, no se ha desarrollado, no ha podido articular una sociedad libre y creativa y sido incapacitada de dar a su pueblo un nivel adecuado de bienestar y seguridad, la culpa tiene que ver con la calidad de sus recursos humanos. Si los japoneses vivieran en el Valle de Comayagua, esa sería la zona más rica de Centroamérica. Y si los israelitas se establecieran en la Mosquitia, en cincuenta años se convertirían en una potencia económica, política y militar continental. En sentido contrario, la movilización de población de la zona sur de Honduras al Bajo Aguán, modifico el paisaje, especialmente porque llevaron a las montañas que separan al valle del departamento de Olancho, la práctica de “la roza, descombro y quema” para el cultivo del maíz. Ahora la zona ha cambiado mucho al extremo que recuerda los mejores tiempos del sur antes que la desertificación se hiciera evidente.

Si aceptamos que la calidad de la población es la causa que produce los resultados, la pregunta inevitable – evitando cualquiera consideración racista que no intento manejar en este análisis introductorio al tema – es porque no hemos hecho esfuerzos para mejorar el carácter, el temple y la actitud del hondureño. En primer lugar, hay que reconocer que aquí tardó entenderse que había que educar al pueblo. Es hasta que Morazán irrumpe en la vida política de Tegucigalpa, que sugiere que se organice una escuela de primeras letras. La sociedad no entendía o no lo quería hacer; pero sus líderes no le dieron valor a la formación de los recursos humanos. Aquí la Universidad se creó hasta 1847 y el primer libro se editó tiempo después y se trataba de rudimentos sobre el conocimiento de la aritmética. La primera biblioteca se organizó hasta en tiempos de la Reforma Liberal y en paralelo al Archivo Nacional.

El país, nunca ha sido uniforme. Los ganaderos a finales del siglo XIX y principios del XX estuvieron más vinculados con el exterior. Conocían Guatemala. Por ello los olanchanos, -- Danlí era parte de Olancho-- trajeron de Guatemala a Pedro Nufio, cuya presencia en la educación, represento un parte aguas que solo se repitió unos años después cuando los venezolanos apoyaron la creación de la Escuela Superior del Profesorado. Nufio perfiló una ruta para la formación de maestros, confirmando que el país no tenía futuro si no formaba a un grupo de profesionales, con capacidad emocional y compromiso patriótico para imaginar tanto la Honduras soñada, como los recursos humanos que se necesitaban. Nufio formo las primeras generaciones de maestros que, desde una visión que el carácter es fundamental en la forja del nuevo hondureño, le dio por primera vez imagen a Honduras. Montoya, Murillo Soto, Morazán Flores, Medina Nolasco, Ardón y otros más, sentaron las bases para que una vez creada la escuela primaria, había que volver necesaria la educación secundaria. Y es aquí es donde Fortín, Carias Donaire, Santos, Bardales Bueso, Zelaya Lozano, Baires y otros, crearon un modelo de estudios secundarios que nos hizo a creer a muchos que habíamos encontrado el camino.

La UNESCO ayudo para que diéramos el tercer paso: la creación de la Escuela Superior del Profesorado, para formar los maestros del sistema. No solo para la escuela y el colegio; también el profesorado de las universidades. De aquí salieron Ochoa, Casco Callejas, Velázquez Nassar, Pineda, Brizuela, Membreño, Romero, Corrales, Rodas, Mejía, Becerra, Quiñonez, Pineda Portillo, Reyes Núñez, Turcios, Iriarte, Euceda, Saavedra, Chávez, Salgado y Cruz.

Pero perdimos el enfoque de la Escuela Superior del Profesorado – que se había creado siguiendo el modelo que usa Francia para formar a sus “elites” – en “vieja” universidad; y todo se vino abajo. Dejo el país de formar maestros, educadores y forjadores de las nuevas generaciones; e hicimos de la figura del universitario, en el vacío, el modelo ideal que transformaría el país. Fracaso total.

Ahora la UPN, se ha rebajado al nivel de la UNAH. Esta sometida a su liderazgo jurídico e intelectual. La formación de maestros ya no es su tarea y lo que interesa no es la calidad del resultado: la mejora de la población, sino que cumplir metas numéricas, realizar acciones sin que haya preocupación por los resultados; y quedar bien con el poder establecido. Honduras esta echada al suelo y encima, los malditos burócratas de la educación, entregando la función magisterial a los políticos del atraso.

Comentarios

  1. Me resulta de sumo interés el contenido de este artículo por sus reflexiones; muy particularmente porque se refiere en esencia a la Misión de la UPNFM, institución que desde sus orígenes contrajo el compromiso con los individuos y los sectores de la hondureñidad para desarrollar una Educación de Calidad enfocada en las prioridades y demandas sociales, en correspondencia con las transformaciones que acontecen en esta vertiginosa época de cambios.Deduzco del contenido del artículo al que reacciono, que es un llamado Constructivo para que los liderazgos de la institución Formadora de Docentes de nuestro país, incrementen sus habilidades personales y profesionales para avanzar en una Gestión Proactiva en la Mision de la UPNFM.
    Lea Azucena Cruz, Ex Rectora de la UPNFM

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  2. Y esa sra. Que hizo por la educación.. perseguir estudiantes y sindicalista y beneficiarse y permitir los actos de corrupción de julio navarro..

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