Cosas del español (44): PONGAMONOS UN POCO DE ORDEN

El orden de las palabras y la posición que ocupan los distintos elementos en el discurso dependen de diversos factores. Con carácter general, las lenguas que presentan mayor complejidad morfológica permiten una mayor variación en la posición de las palabras dentro de las frases. En latín resultaba sencillo identificar  las funciones sintácticas por medio de las terminaciones de las palabras -los casos-, con lo que el papel del orden en la interpretación del mensaje perdía importancia. En español, las preposiciones vinieron a sustituir la distinción de los casos del latín y, junto con la concordancia y el orden en la oración, desempeñan la tarea de identificación sintáctica.

En castellano existe una relativa libertad posicional -mayor que en francés y otras lenguas románticas, y mucho mayor que en inglés-, pero con restricciones impuestas por el sistema lingüístico. El orden no marcado es «sujeto + verbo + objeto». Esta estructura básica se inscribe en una regla mas general que presenta diversas excepciones: los elementos principales tienden a ir seguido de sus complementos. Por ejemplo, el adjetivo o el complemento preposicional se posponen al sustantivo. Este orden teórico no siempre se cumple. Es cierto que los adjetivos relacionales no se anteponen, salvo raras excepciones: *la económica crisis. Los calificativos, especialmente los epítetos (que designan cualidades características del nombre al que modifican), sí pueden hacerlo: el frio invierno. El cambio de orden puede implicar un cambio de significado. No es lo mismo un problema simple que un simple problema o una obra dramática que una dramática obra.

Hay elementos sintácticos que tienen una mayor libertad, como sucede con los complementos circunstanciales (en especial los adverbiales). La movilidad de otros esta mas restringida. Es el caso de los complementos directos, indirectos y de régimen, que, salvo cuando son sustituidos por pronombres átonos, se posponen, en general, al verbo. El orden oracional puede estar determinado por la pertinencia informática de sus componentes. La información conocida suele anteponerse.

Aunque el sistema impone determinadas preferencias posicionales, el hablante establece con frecuencia un orden pragmático en función del contexto y la intención comunicativa.

(Fuente: Nunca lo hubiera dicho, Taurus, Madrid, Real Academia Española, Asociación de Academias de la Lengua Española, págs. 120 y 121).

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Contracorriente: LOS “HIJOS” DE MEL, ¡ENSILLAN SUS CABALLOS!

WikiLeaks: Las Reflexiones Completas del Embajador Ford sobre “Mel” Zelaya.

Contracorriente: EJERCICIO DE FRAUDE GENERAL