Entre insultos y sonrisas
María Sánchez (*)
La primera parte de “Los caprichos de Dolores” (1), novela escrita por Ramón Arturo Donaire, revela cómo las personas pueden ser fácilmente manipuladas sin darse cuenta de ello. Esta sección, titulada El pecado de cansarse, inicia con detalladas descripciones físicas y psicológicas de Dolores, la protagonista. A medida que avanza la historia, se van descubriendo situaciones que reflejan escenarios comunes en la sociedad. Por ejemplo, las visitas incómodas que se realizan por mantener las apariencias, el miedo al "qué dirán", la influencia de las personas cercanas, los comentarios imprudentes de las visitas, los celos, la desconfianza, los insultos y la falta de respeto dentro de una relación.
En las relaciones amorosas, la influencia de amigos y familiares —ya sea positiva o negativa— es una constante. Estos espacios se consideran más vulnerables, pues las emociones o los sentimientos quedan al margen de la razón. En momentos de enojo o celos, es común escuchar más a los amigos que al cónyuge, un error que puede resultar gravísimo, ya que la primera instancia de apoyo y confianza debería ser siempre la pareja. Al ignorar esto, se actuaría de manera equivocada; y lo que es peor, se le causaría daño a alguien.
El matrimonio entre Lugo y Dolores se ve marcado por actos de desconfianza, insultos y manipulaciones constantes. Dolores se convierte en víctima de sus propios pensamientos y no pierde la oportunidad de responder con agravios hacia su esposo. Por su parte, Lugo cede a las manipulaciones de Dolores (Lolita), complaciéndola en casi todas sus demandas, mientras se muestra pasivo ante los insultos. El respeto entre ambos desaparece cuando Lolita insulta a Lugo de manera desmesurada, sin que él reaccione. Para él, su matrimonio parece estar sin problemas; se esfuerza por hacer todo lo posible para mantener la aparente armonía. Sin embargo, en ciertas situaciones, se encuentra perdido frente al comportamiento errático de su esposa.
Las palabras tienen un poder innegable: el poder de cambiar, de influir. Lolita lo sabe muy bien. Por eso se aprovecha de Lugo, quien está cegado por su amor hacia ella. Es casi imposible que él tome la decisión de poner límites, cuando las palabras y las acciones de ella atacan constantemente su dignidad. El respeto, que debería ser la base de toda relación sana, empieza en el individuo. Establecer límites saludables es fundamental, aunque, para lograrlo, se necesita valor. Nunca es tarde para aprender a proteger el bienestar emocional. Es necesario recordar que los insultos y los malos tratos no deben ser tolerados en ninguna relación.
(*) María Sánchez, San Juan, departamento de Lempira. Es licenciada en Letras de la UNAH y Magister en Lenguas de la Escuela de Lenguas de Burgos, España. Actualmente sirve catedra en la carrera de letras y Lenguas de la UNAH. Fue becaria de la RAE- Fundación Carolina e hizo su practica en la Academia Hondureña de la Lengua.
1) Con esa novela, Donaire se hizo merecedor de Premio Único de Novela Corte, en el concurso anual que convoca la Asociación Literaria de Honduras.
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