Contracorriente: “DON” TRUMP Y EL CAMBIO DE BANDO
Juan Ramón Martínez
Ahora
que veo Trump y a Vance, ofendiendo a un líder que requiere su ayuda para detener
a los rusos, creo que no representan a los Estados Unidos y sus valores
democráticos que aprendí a admirar con Tocqueville, Borges, Trotsky, Sartre,
Castañeda y Piketty.
Lo
que escenificaron, fue una emboscada, -- tipo mafiosa -- en contra de un
hombre bueno, líder de un país invadido por Rusia, que los únicos pecados que
ha cometido es responder defensivamente al ataque extranjero, confiar en la
lealtad y apoyo de Biden y los demócratas; y, negarse a firmar un documento exigido
para entregar los minerales de su país, en calidad de compensación por la
cooperación económica que le han dado. Friedman en el “Nueva York Times”, escribió
que Zelensky no quiso firmar el documento que le presentó el Secretario del
Tesoro de los Estados Unidos, porque tenía que discutirlo con sus asesores y
buscar la aprobación del Congreso ucraniano. Por ello y no porque fuera
irrespetuoso en ningún momento con Trump, -- es que Vance en una postura que le
cierra las posibilidades de llegar a ser Presidente de su país--, se prestara
para exigirle que le agradeciera a los Estados Unidos, la defensa del mundo
libre y la lucha en contra de Rusia. Cuando a quien hay que agradecerles es a
los soldados ucranianos muertos.
Fue
odiosa la conducta de Marco Rubio al pedirle a Zelensky que se fuera de la Casa
Blanca, como si se tratara un vulgar ladrón al cual se sorprende con las llaves
ajenas en la mano.
Ahora,
vista la conducta de Trump y Vance, entiendo los sentimientos del Primer
Ministro de Japón que antes de llegar a la Casa Blanca, manifestó aprensión
sobre la forma que lo tratarían; pero que después reconoció que exagero sus
temores. Tuvo suerte. Trump no quiere nada de Japón, por ello no le presiono,
lo atendió bien; y no le hizo ningún irrespeto. MarcArtur, después de derrotar
al Japón, trato al emperador Hirohito con respeto. Y en vez de destruir sus
instituciones, impulso una constitución democrática y enrumbo al vencido hacia
la prosperidad.
Se
dé “gringos feos”. Witing Willauer era un alcohólico, malcriado y pendenciero
que llego a proponer un Golpe de Estado para “detener” a los “comunistas” de
Villeda Morales. Afortunadamente Carias Andino le dijo que no. En la Costa
Norte, en Culuco —escenario de “Prisión Verde”— conocí gringos malcriados,
educados en los burdeles de Nueva Orleans que ofendían a todo el mundo. Lee Christmas
y Malone son “ejemplos”. Celebre la hombría de Morales Chávez que le cerro la
boca a tiros a un gringo irrespetuoso en el Progreso, Yoro.
En
mis lecturas de la historia de los Estados Unidos, no he encontrado
malcriadezas como las de Trump y Vance. No es que los otros no hayan recurrido
al chantaje para obligar a sus aliados a asumir conductas pocos honorables.
Nixon era vulgar y mal hablado; pero nada que ver con Trump y Vance. Todos los
gobernantes han diferenciado, hasta ahora, el trato a sus amigos y aliados del
dispensado a sus adversarios. FDR decía que “Somoza era un HDPU; pero era un HDPU
amigo”.
Trump
y Vance han saltado las trancas. Cambiado de bando. Ejerciendo venganzas
personales y para amenazar a México, Canadá y Europa maltratan a Zelensky que
merece más respeto. Ofender a un aliado para quedar bien con Putin – con cerca
de 30 años ganando elecciones fraudulentas y con planes imperiales contra Europa--
significa que Estados Unidos ha cambiado de bando. Renuncia a la defensa de la
libertad y la democracia. No quiere liderar a occidente; y en vez de luchar contra los dictadores, ahora
los protege, promueve y encabeza. Ya no es nación excepcional.
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