Contracorriente: FIN DEL ODIO Y LA PERSECUCION
Juan Ramón Martínez
El
mayor enemigo de Honduras y de los hondureños, es el odio y el ejercicio de la
persecución contra los que piensan diferente. Por ello, en las próximas
elecciones, hay que votar contra los que privilegian el sectarismo respaldando
a los que prefieren el honor solidario, el respeto al diferente. Y escoger de
consiguiente a los que sean más competentes y pueden servir mejor a Honduras.
Especialmente porque lo que ha fracasado en el régimen de Mel y Xiomara, es que
no se ha tenido en cuenta el bien común; y en vez de buscar la unidad en la
diversidad, se embarcaron en un discurso que ha privilegiado el odio y
fomentado la persecución a los adversarios.
Desde
la dictadura del general Tiburcio Carias Andino, no habíamos tenido un gobierno
tan sectario como el del PLR que, en vez de privilegiar la competencia, ha
hecho de la lealtad de los arrastrados, la mejor manera de hacerle daño a
Honduras. La idea de Celeo Arias, que aquí tienen cabida las mejores
inteligencias y voluntades porque todos sumamos en el esfuerzo de hacer una
patria mejor, ha sido rechazado por una “generación” de oportunistas, -civiles
y militares-que han visto en el gobierno un camino para el enriquecimiento
fácil, una excusa para hacerle daño al adversario; y una rendija para darle la
espalda a la obligación de trabajar por Honduras.
Desde
el primer día del gobierno de Xiomara, lo que hemos escuchado es un discurso de
odio amenazante. Nunca ha sido Presidente de Honduras. Se ha conformado con ser
sirviente de los amigos leales a su marido haciendo de su magistratura, un
estanco para diseminar el odio a los demás y preparar las condiciones para el
ejercicio de la venganza primitiva. Su predicación del odio, el ejercicio de la
venganza como castigo a los que le impusieron la ley a su marido que delinquió
en contra de la Constitución en el 2009, ha producido el rechazo de las
mayorías. Apenas, entre los más sectarios --normalmente las más ruines e
incompetentes--, ha tenido eco esta predica anti cristiana en contra de los compatriotas
que el único pecado que han cometido es no creer que Mel sea un patriota, un
servidor de Honduras. Y que más bien lo han visto como un político que ha
vendido el país a los peores intereses extranjeros. Sin pasar por alto, que es
en efecto la peor amenaza que ha enfrentado el país en toda su historia, porque
es un político irresponsable que actúa bajo las ordenes de los fracasados
caudillos continentales.
El
rechazo a ese discurso sectario que divide y debilita, se ha materializado un rechazo
general al continuismo inconstitucional de Mel; y que, representa Rixi Moncada.
Ella, en obediencia a una visión cerril de la política, ha hecho del odio, del
ceño fruncido; y la boca amenazante, una bandera que la mayoría de los hondureños
rechazamos. Y el que diga que continuara la obra inexistente de Xiomara, es una
afirmación que aquí, además del odio y la persecución, seguirá campeando la indolencia,
la inactividad, el despilfarro de los dineros públicos, la entrega de los destinos
nacionales a los enemigos de Honduras, incrementándose la pobreza, aumentando
la inseguridad y continuando el sufrimiento para las mayorías al tiempo que se
desprestigia a Honduras internacionalmente.
Esto terminara
el 27 de enero del 2026. La persecución de unos en contra de otros, será
erradicada. En obediencia a la ley, serán amarrados de las manos los ladrones, desarmados
de sus carabinas los asesinos; bajados de la tribuna los predicadores del odio
y encarcelados los rabiosos perseguidores políticos. Seguir haciendo lo que han
hecho Mel, su mujer y sus rurales capataces, seria justificar la irracionalidad
de sus acciones.
El odio, el rencor y la venganza callaran. El Fiscal no perseguirá a nadie por sus ideas; la Corte Suprema no seguirá vendiendo juicios y subastando sentencias; y el Congreso, volverá a ser representación popular y espacio donde los políticos democráticamente pactaran los acuerdos necesarios para afianzar la paz de la nación y el bienestar colectivo. El Poder Ejecutivo, integrado por los mas competentes, sin diferencias políticas, con idoneidad y compromiso, volverá a ser ara, para nunca jamás volverse un pedestal de falsas idolatrías personales. La democracia es vida y respeto. La tiranía del odio y amenaza será erradicada. La noche entonces, habrá terminado. Volveremos todos, a trabajar por Honduras.
Excelente razonamiento, solo el respeto y el amor sincero entre los hondureños hará caminar hacia el progreso a nuestro país.
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