Contracorriente: ATAQUE GENERAL Y AGRESIÓN INDIVIDUAL

Juan Ramón Martínez 

Anticipamos lo bronco de la campaña política; y el paso al ataque personal. Ha ocurrido antes de lo creído. Porque nunca antes perder las elecciones en Honduras, ha tenido un significado tan grave como ahora. Antes se perdía y había que esperar cuatro años. O seis años como calculó Carías Andino estaría fuera del poder. Pero desde las elecciones del 2021 en que Xiomara Castro aliada con Nasralla, derrotaron a Nasry Asfura, fueron más allá del simple relevo democrático.

El que pierde, no solo tiene que dejar el ejercicio del gobierno, salir del país; sino que enfrentar la justicia vengativa, en Honduras y en Estados Unidos. Mel, lo anticipó cuando le dijo a JOH que sus aliados – los estadounidenses, que el gobernante exhibía como prueba de su prístina presencia en la política – lo traicionarían. Al margen de si esto ocurrió o no, la verdad es que la derrota de Asfura le ganó una celda en una prisión en Nueva York.

Mel, sabe que el 30 de noviembre se juega la vida; y, en consecuencia, con su talante de jugador que reta a los astros, entra con todo, utiliza todo; y apuesta todo a ganar las elecciones.

Veamos el conjunto. Mel no es demócrata; nunca lo ha sido. Siempre menospreció las instituciones republicanas, porque no habían salido de sus manos. En el primer intento llevó al Partido Liberal a la derrota. Ahora en el segundo, convencido que por su incapacidad cuatro años no son suficientes para “destruir” Honduras, apuesta a ganar con Rixi otro cuatrienio en el que, igual que Maduro, consolidará un sistema político inamovible, en el que, el pueblo no será consultado sino en otro tipo de elecciones, en el que los resultados no serán un albur dejado a las matemáticas.

Para ello, ha montado un entramado en que controla la Corte Suprema de Justicia, cedida por Yani Rosenthal y Carlos Flores. Dirige lo que queda del Congreso Nacional, en donde los Partidos Liberal y Nacional, amenazados por la duplicación ilegal de los diputados que han pasado de 128 a 256 congresistas, no tienen más alternativa que calentar banca; e inmovilizar las sesiones, hasta que Mel los obligue a pactar y ceder otra parte de la institucionalidad.

Y el látigo para arrear el ganado –porque Mel tiene una mentalidad de ganadero “ausente”-, ha encontrado en el Fiscal General y el Ministro de Seguridad, los “maestros” del terror para que los candidatos con más posibilidades dejen de participar; y, además, evitar que los suyos –que están públicamente implicados en infracciones legales– sean sometidos al escrutinio obligado de los jueces de los tribunales nacionales excepcionalmente independientes.

No es accidental que el Fiscal General haya surgido de negociaciones oscuras entre técnicos “blancos”, empresarios de origen criollo y del acorralado candidato del Partido Nacional que creyó candorosamente que Mel, solo quería la mano. Olvidando que siempre busca el codo, el hombro; y al final, se queda con todo. Asfura no conocía –y creo que no lo sabe– que Mel, se parece mucho a Carias Andino que también usó la ley para favorecer a sus amigos y correligionarios; y para castigar a sus adversarios. Vean si no, como el Fiscal General y el Ministro de Seguridad cumplen sus órdenes: el primero persigue a Contreras, Presidente del Partido Liberal. Sánchez desmantela la parte más profesional de la Policía; y se permite pasar por alto los delitos propios: SEDESOL, “la mitad para el comandante” e incluso los crímenes ejecutados probablemente por miembros del PLR en contra de los propios militantes de la refundación como Juan López y Oscar Bustillo.

Es probable que la siguiente fase sea contra los medios de comunicación. Igual que Trump en USA –porque se trata de fuerza bruta, poder y agresión–  la emprenderán contra los empresarios de la comunicación: las familias Larach, Villeda, Pastor, Ferrari, Fernández; e individualmente en contra de Rodrigo Wong Arévalo, Esdras Amado López y Mario Flores Ponce. Y otros comunicadores en ciudades menores del país.

En 60 días pueden hacer mucho daño. El CNE no está en manos de los demócratas, sino que Mel lo tiene asediado y casi controlado. La observación internacional no será suficiente como el último mecanismo para evitar que “gane” las elecciones. Y al final, si los números le dan la espalda cuenta con los servicios de las FFAA, para reprimir como corresponde al pueblo. Cuando prevenimos que “venía” el lobo, era porque lo habíamos visto hambriento.