Contracorriente: OTRO CONGRESO, ¡POR FAVOR!
Juan Ramón Martínez
La rectificación de los daños de esta
administración, exige la elección de un nuevo Congreso Nacional. El actual cayó
al fondo de la basura. Se puede decir que es inexistente porque, en realidad,
los ciudadanos no están representados. Redondo, Carlos Zelaya y Mel, hacen con
la cámara legislativa lo que les da la gana. Contando con la complicidad de los
diputados. De los suyos y de los opositores. El que le hayan permitido a Luis
Redondo, hacer lo que ha querido les convierte en cómplices, por lo que lo justo
es que la mayoría, no deben volver a la legislatura del 25 de enero de 2026.
Lo anterior es fácil decirlo. Rectificar es
complicado. El sistema electoral es contrario a la superioridad del ciudadano.
Más bien protege los intereses de los caudillos y propietarios de grupos de
poder o presión. O partidos. Los ciudadanos no conocen a las personas por las
que votan, especialmente en los departamentos de mayor población. En Francisco
Morazán, los votantes tienen que escoger 23 entre 115 personas. Pero conocer a
23 que merezcan confianza, es muy difícil. La fotografía que algunos creyeron
que ayudaría a un pueblo analfabeta que no podía leer los nombres de los
candidatos, ahora es una trampa. Los votantes más inocentes, escogen a las
personas más guapas, más arregladitas. Pero resulta que, con la inteligencia
artificial, de un bodoque hacen una reina de belleza; o le esconden la barriga
pornográfica a Luis Redondo.
Tampoco los “políticos” están interesados en
que los ciudadanos tengan a los diputados como representantes suyos. Lo que
quieren es que los diputados sean de su propiedad. Que obedezcan sus órdenes.
No que representen los mejores intereses y honren las promesas electorales,
protegiendo los derechos ciudadanos. Por ejemplo, no son los ciudadanos los que
escogen los candidatos, sino que los candidatos, se eligen así mismo; después
buscan los votantes. Es decir que las cosas están invertidas.
Por eso piden que los ciudadanos voten en
línea. Sin meditar, sin exigir, sin verificar si está votando en favor de
extraños intereses; o en contra de sí mismo. Porque hay unos “diputados” que
realmente no representan a los pueblos, a los municipios; y menos a los
departamentos. Se representan a sí mismos obedeciendo a los caudillos donde
maman.
Esta legislatura, es la peor de la historia
nacional. Incluso ha llegado a destruirse el Congreso Nacional a sí mismo;
desde adentro. Los diputados se ofenden mutuamente. No tienen derecho a
ingresar a la sede. Solo lo pueden hacer los que se rinden; y se ponen de
rodillas ante Redondo y la pandilla que controla la Junta Directiva. Redondo,
tiene tan poco respeto que hace las sesiones cuando quiere. Convoca cuando le
da su real gana. E incluso ofende de forma tan natural, que deja de sesionar
para cumplir la tarea que más le gusta y en donde tienen más comprobadas
habilidades: “bombonera oficial” de la Selección Nacional.
Redondo, Mel, “Carlón” y Xiomara hacen lo que
quieren, porque saben que le tienen ganado el valor a la temblorosa oposición.
Porque incluso cuentan con la discreta complicidad de Nasry Asfura, Carlos
Flores, Roberto Contreras y Salvador Nasralla. Si ellos no fueran cómplices el
Congreso Nacional preservaría su carácter colegiado, su naturaleza de
representación popular; y mantendría su carácter de instancia democrática en
donde los diputados gocen del respeto de todos; e incluso se les permita
cumplir con sus tareas a partir de la más elemental: hacer uso de la palabra.
La situación es compleja. Y la solución es muy
complicada. Por ello, hay que aceptar que la democracia hondureña, está con las
manos amarradas; y que, si no se recupera el Congreso Nacional, -- volviéndolo
del pueblo -- la debacle final es cosa de pocos años más.
Por ejemplo, se ha duplicado el número de
diputados. Los suplentes ahora son “falsos propietarios” que además de recibir
sueldos, son sirvientes de las peores causas. Está tan enfangadas las cosas,
que uno de esos diputados suplentes, me dijo que ellos, son los que trabajan en
el congreso. No los propietarios. Imagínese usted.
El 30 de noviembre, -- los votantes de FM -- estarán ante un grupo de fotografías retocadas, escogiendo a 23 entre 115 desconocidos, a los que les entregará la tarea de salvar a la Patria, sacando el cieno y la maleza que ha crecido entre las butacas, ocupadas actualmente por personas que, no representan; ni honran a los ciudadanos.
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