INFORME OFICIAL DE LAS FUERZAS ARMADAS SOBRE LOS SANGRIENTOS SUCESOS OCURRIDOS EN EL DEPARTAMENTO DE OLANCHO EL 25 DE JUNIO DE 1975
Comisión militar señala responsables de los sucesos de Olancho y denuncia conspiración.
La Comisión Investigadora Militar de Alto Nivel (CIMAN) dio a conocer ayer su informe oficial sobre los sangrientos sucesos ocurridos en el departamento de Olancho el 25 de junio anterior.
La CIMAN emitió su informe público dos semanas después de trabajo continuo entre los que se desarrollaron interrogatorios a los indiciados e investigaciones en el escenario de los hechos.
El Consejo Superior de las Fuerzas Armadas
a través de la Central de Información del Ministerio de Cultura, Turismo e
Información dá su informe final al pueblo hondureño sobre los acontecimientos
acaecidos en el departamento de Olancho los días 25 y 26 de junio próximo
pasado.
La Comisión Militar para investigar los
hechos en el departamento de Olancho y en cuales perdieron la vida las
siguientes personas: Ruth Argentina García Mallorquín, María Elena Bolivar
Vargas, Iván Betancourt, Roque Ramón Andrade, Bernardo Rivera Irías, Oscar
Ortiz Ruiz, Lincoln Colman, Juan Benito Montoya y Michael Jerome Zypher, ha
cumplido su cometido y del informe de dicha comisión se desprende lo siguiente:
Siendo aproximadamente las 22:30 horas del
día 25 de junio, fueron sacados del presidio de Juticalpa, previa lista
presentada por el subjefe del presidio, las siguientes personas. Roque Ramón
Andrade, Bernardo Rivera lrías Oscar Ortíz Ruiz, Lincoln Colman, Juan Benito
Montoya y Michael Jerome Zypher, quienes fueron conducidos en un vehículo pick-up,
color rojo y propiedad del sargento David Artica Tablada, jefe del presidio de Juticalpa,
en ropa interior y amarrados.
Así se organizó un convoy al mando del
mayor José Enrique Chinchilla, dirigiéndose a valle de Lepaguare a donde
llegaron a la 1:30 horas aproximadamente. El convoy se detuvo en el puente que
da acceso al valle ya que parte de la carretera había sido obstaculizada. En el
puente los detenidos fueron bajados y transbordaos a dos vehículos que ya los
esperaban del otro lado, sumándose al convoy los señores José Manuel Zelaya y Carlos
Bahr, con dirección a la hacienda “Los Horcones", propiedad del primero.
El mismo día 25 en horas de la tarde, el
padre Irán Betancourt, acompañado de las señoritas Ruth Argentina García
Mallorquín y María Elena Bolívar Vargas, llegaron al valle de Lepaguare en donde
fueron capturados por el subteniente Benjamín Plata, quien llevó detenido al
padre Betancourt, mientras el Sargento Eugenio Alemán conducía el vehículo del
Sacerdote y a las señoritas Ruth Argentina García Mallorquín y María Elena
Bolívar Vargas.
Ya entrada la noche se trasladaron a la
hacienda “Los Horcones”, la cual desde el día 24 de Junio había sido ocupada por
un pelotón al mando del Subteniente Benjamín Plata con autorización del dueño,
José Manuel Zelaya.
A esta hora, 01:30, y teniendo en la
hacienda a nieve detenidos, el mayor Chinchilla ordenó tres elementos del Departamento
de Investigación Nacional (DIN), que interrogarán a los seis detenidos traídos
de Juticalpa los que posteriormente fueron muertos empleando para ello el fusil
“22 Magnum”, proporcionado por José Manuel Zelaya.
Mientras tanto, el padre Iván Betancourt era
también sometido a interrogatorio, en el cual rindió declaraciones sobre actividades
subversivas realizadas en compañía de otros religiosos, que constan en una
grabación. Después del interrogatorio el padre Betancourt también fue muerto.
Acto seguido y para evitar que quedaran
testigos de los hechos se procedió al asesinato de las señoritas Ruth Argentina
García Mallorquín y María Elena Bolívar Vargas.
Consumados los hechos, los cadáveres fueron
sacados y colocados en un pick-up propiedad del señor José Manuel Zelaya, éste
los condujo a un terreno ubicado como a mil metros de la casa en donde existe
un pozo artesiano con malacate con una profundidad aproximada de 40 metros por uno
de diámetro. En este pozo y aproximadamente a las 04:30 horas, se concluyó el
depósito de los cadáveres y el subteniente Benjamín Plata procedió a colocar
dos cargas de dinamita, que no tuvieron el efecto esperado de sellar el pozo
por lo que se terminó de rellenar con tierra.
En igual forma se trató de borrar las
huellas materiales dejadas en la hacienda y el mismo subteniente Plata fue el
encargado de hacer desaparecer el carro del padre Iván Betancourt, que fue
llevado a un desvío sobre la carretera principal que conduce a Guaymaca. En
este lugar el subteniente Plata procedió a rociar el vehículo con gasolina y lo
incendió; también en estas labores colaboró el señor Carlos Bahr.
De todos los hechos apuntados la Comisión Militar
encontró responsabilidad directa contra los señores mayor José Enrique
Chinchilla Díaz, subteniente Benjamín Rodolfo Plata, Manuel Zelaya y Carlos
Bahr, sobre quienes la Comisión Militar ha dispuesto su traslado a la orden del
juzgado competente, así como el de otras personas implicadas y cuya
responsabilidad será establecida por dicho tribunal.
La Comisión Militar realizó labores
exhaustivas que comprendieron desde el interrogatorio y entrevistas con todas
las personas que pudieron arrojar luz sobre los hechos, hasta la búsqueda de
información mediante la cual se localizara la ubicación de los cadáveres, del
arma homicida y del vehículo del padre Iván Betancourt y la organización de
equipos mecánicos para remover las cantidades de tierras acumuladas sobre el
pozo.
La comisión Militar pudo comprobar que hubo
intento de Soborno al periodista José Ochoa y Martínez de parte del mayor José
Enrique Chinchilla, lo cual no fue aceptado por el primero. El intento del soborno
consistió en una cantidad considerable de dinero recibida de la Asociación de
Ganaderos de Agricultores de Olancho (AGAO) por intermedio del señor Manuel
Zelaya para desviar la atención de la opinión pública sobre la realidad de los
hechos ocurridos en Olancho.
También obran en poder del Consejo de las
Fuerzas Armadas, documentos que indican que los sucesos de Olancho obedecían a
una trama dirigida por un sector perteneciente a la Federación Nacional de
Agricultores y Ganaderos de Honduras (FENAGH) y miembros de la empresa privada
para crear un clima de caos y enfrentamiento en el departamento de Olancho y
otros sectores de la nación. En los documentos se mencionan a los señores Fernando
Lardizábal y Bernard Casanova, presidente de la FENAGH el primero y propietario
de varios aserraderos diseminados en el departamento de Olancho, el segundo.
El Consejo Superior de las Fuerzas Armadas
quiere dejar completamente claro el hecho de que en ningún momento giró
instrucciones que atentaron contra la vida física de las personas implicadas en
las actividades campesinas que se pretendía controlar, aun cuando algunas de
éstas revestían características de una subversión contra la seguridad del
Estado. Este hecho aislado se produjo debido a la intervención de fuerzas
adversas a los movimientos campesinos que aprovecharon la ocasión para utilizar
en su beneficio la complicidad de elementos militares revestidos de autoridad
en el Departamento de Olancho.
El Consejo Superior de la Fuerzas Armadas y
el gobierno de la República lamentan que por el clima de agitación social que
grupos antagónicos han desatado en el país, se hayan perdido preciosas vidas
humanas Y reiteran al pueblo hondureño, su interés porque en el presente caso
se aplique todo el peso de la Ley, por lo cual se mantendrán vigilantes sobre
el desarrollo que los tribunales competentes den al trámite judicial.
Se hace constar que el presente informe ha
sido resumido en sus aspectos generales, ya que por razones obvias se reservan
detalles que de darse a conocer no solo entorpecerían la acción penal de los
tribunales correspondientes, sino posteriores investigaciones que deben realizarse.
Tegucigalpa, D. C. 23 de Julio de 1975.
Fuente: Diario Tiempo “El Diario de Honduras” 24 de julio de 1975, p. 2.
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