Mirador: EL DISCURSO DE RIXI MONCADA

Juan Ramón Martínez

En estas últimas semanas de campaña, Rixi ha dominado la escena política con un “discurso” disruptivo, provocador, “revolucionario” que muchos, por la vía de la descalificación, han menospreciado. Un discurso político no es necesariamente una visión exacta de la realidad. O ejercicio crítico de las variables negativas. Ni siquiera contentivo de propuestas para suprimirlas. Puede ser solo la primera parte. Agotarse en la descalificación. O en las negatividades para producir miedo. Incluso, no proponer nada. Y sin embargo, provocar una respuesta en el electorado que en su desesperanza busca respuestas. Un político puede decir incoherencias; hacer el ridículo, pero trasmite un mensaje santificado en sus antecedentes. La reputación de Carias, y la esperanza que controlaría la delincuencia, bastaron para derrotar en las elecciones en 1932 al más virulento político liberal de entonces.

Rixi si ha presentado un discurso extenso. Sus características más evidentes son: representa el pueblo que se levante en contra de quienes han empobrecido al país, ofreciendo que desde el poder hará una administración que redoblara la intervención del gobierno en la vida económica, eliminara los estímulos empresariales, frenando la acumulación capitalista; e impidiendo que en Honduras se desarrolle una burguesía moderna y transformadora que haga posible el desarrollo nacional. El gobierno dominará la vida general y la iniciativa individual será reducida a la minina expresión. El sistema jurídico será reformado, de modo que el derecho burgués, será sustituido por el derecho revolucionario. Y en política exterior reforzara su alineamiento con China, distanciándose de Estados Unidos; anticipando, ciertas formas de autarquía suicida en la búsqueda de lograr respeto y consideración internacional.

El discurso está dirigido a las bases partidarias, especialmente a la “familia” Zelaya con el fin de darle seguridad a Mel que, dará continuidad a la “refundación” iniciada por Xiomara. Además, es un mensaje a los empresarios, nacionales y extranjeros para que no financien a los dos candidatos tradicionales; le apoyen económicamente, anticipando que si no lo hacen serán castigados. Es decir que tiene un contenido amenazante y busca producir miedo entre los sectores medios y altos de la sociedad.  Evita que los opositores cuestionen los resultados del gobierno que representa –  ella es la candidata oficial del PRL – y se critiquen sus faltas de capacidad para darle respuesta a los problemas de las mayorías. Especialmente que explique las razones para que el país no encuentra el camino; o, la salida para mejorar la calidad de vida de los más pobres.

Consigue neutralizar la crítica al “familión” y el nepotismo, imponiendo el concepto que lo que ocurre es que “10 familias” depredadoras son responsables de la pobreza que viven las mayorías. Y justificando que necesita otros cuatro años para dar resultados favorables a los pobres.

El éxito del “discurso” es inicialmente alto. Los candidatos opositores han callado.  Dan la impresión que no tienen capacidad de reacción. Carecen de legitimidad; y valor de hacer propuestas imaginativas. Criticando las falsedades del discurso de la candidata oficial.  Gracias al silencio suyo, se ha posesionado del carácter de “candidata del pueblo” frente a los “burgueses”: Nasrala, Asfura, Ávila y Rivera.

La crítica al discurso ha sido de analistas, periodistas tertulianos y Romeo Vásquez. Basados en la verdad del mismo dentro de una estrategia democrática, sin llegar a indagar sobre el valor psicológico que se ignora cuánto calara en los sentimientos populares abrumados por el resentimiento de la pobreza y la desesperanza. Hay que reconocer que sorprende su fuerza, odio a los “enemigos del pueblo”, y voluntad de tomar el poder y usarlo para cumplir un proyecto político que Xiomara Castro no ha podido empezar siquiera, porque Rixi “es mejor y más inteligente”.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

WikiLeaks: Las Reflexiones Completas del Embajador Ford sobre “Mel” Zelaya.

Contracorriente: LOS “HIJOS” DE MEL, ¡ENSILLAN SUS CABALLOS!

Contracorriente: JOSE ERNESTO HIJO, COMPAÑERO Y AMIGO.